"Ningún país europeo occidental tiene salarios médicos tan bajos como España"
Luis Salvador-Carulla. Psiquiatra y experto en evaluación de sistemas de salud
El psiquiatra Luis Salvador-Carulla (Barcelona, 1958) es una voz experta en la investigación de la eficiencia sanitaria. Profesor de las Universidades de Cádiz y de Canberra y Sidney (Australia), ha sido consultor de salud mental para la Organización Mundial de la Salud y varias Comunidades autónomas en España. Es experto en evaluación de servicios y sistemas de apoyo a la decisión en atención social y sanitaria, y desde este mes de Febrero forma parte del primer Consejo Asesor Externo del Plan de Salud Mental y Adicciones en Andalucía, un órgano pionero a nivel nacional.
- ¿En qué punto se encuentra actualmente la sanidad?
–El sistema sanitario español esta inmerso en una crisis grave que requiere respuestas urgentes.
– Usted ya predijo esta crisis en una entrevista en este medio hace diez años...
–Así es. Hace más de 10 años algunos expertos en salud ya comentábamos que el sistema podía entrar en crisis. Estábamos empezando a ver los efectos de la crisis financiera del 2008 y advertíamos de la necesidad de tomar medidas para evitar lo que nos esta pasando ahora.
– ¿Cuáles eran los indicios?
–Comprobamos entonces que el sistema de salud en España era de los más eficientes del mundo. Paradójicamente un sistema muy eficiente puede ser también muy frágil, e incluso pequeños cambios o complicaciones lo pueden hacer colapsar. Así, el ser de los mejores del mundo, conllevaba el tener que dedicar un gran esfuerzo para compensar las tensiones sobre el mismo, sostenerlo y, en la medida de lo posible, aumentar su robustez.
– ¿Qué recomendaciones se hicieron entonces?
–Yo y otros expertos dimos entonces una llamada atención. Era necesario crear incentivos e implantar medidas de apoyo al sistema sanitario nacional. Pero, desafortunadamente, esto no se hizo y tras la crisis financiera, los recortes presupuestarios, y la pandemia hemos pasado de un sistema sanitario excepcional a uno al borde del colapso,
– Habla de colapso...
–Sí. Yo diría que tenemos un riesgo muy importante de llegar a él a menos que no se establezcan soluciones urgentes. Es lógico que las autoridades sanitarias quieran dar una visión más optimista de cómo está el sistema pero es difícil no reconocer la gravedad de la situación que estamos viviendo.
– ¿Es sostenible nuestra sanidad?
–Tal y como está diseñada actualmente, no. Ya lo comentaba hace diez años cuando el déficit que presentaba el sistema anualmente era de tal nivel que no era posible sostenerlo. Es necesario que la sanidad deje de ser parte del discurso político para convertirse en una prioridad ciudadana y nacional. Tenemos que llegar a consensos y crear los mecanismos que permitan probar soluciones para reforzar el sistema y evaluarlas adecuadamente. Entre esas soluciones, es fundamental apoyar a los profesionales. Hay que evitar que los sanitarios que están en el sistema público se pasen al privado, se retiren o se vayan a otros países.
– ¿Cree que sanidad pública y privada están condenadas a entenderse?
–Creo que es necesario encontrar un equilibrio entre las dos. En España ha habido sistemas autonómicos con una importante concertación privada con el sistema publico que ha funcionado desde hace 40 años, como por ejemplo, en Cataluña, o, incluso en Andalucía, donde los servicios privados concertados con la atención publica han jugado un papel importante en las provincias de Málaga y Cádiz. No se trata de privatizar el sistema publico, sino de responder a una demanda creciente que requiere una mayor colaboración de los sistemas público y privado para dar la mejor prestación posible a los ciudadanos en un periodo de crisis en donde la demanda de atención sanitaria aumenta un 20% en esta década sin que haya habido un refuerzo similar de presupuesto y de aumento de profesionales.
- ¿Por qué cada vez tiene más usuarios la sanidad privada?
- Hay que entender que la crisis de la sanidad no es un debate entre sanidad pública y privada sino un problema estructural y sistémico. Como las piezas de un dominó estamos viendo caer la calidad de la asistencia primaria, luego impactará en las distintas especialidades, en los hospitales y finalmente se trasladara al sector privado. Tenemos que entender que la sanidad un sistema conectado, donde no hay compartimentos estancos. Los problemas van a ir yendo del sistema público al sistema privado y la crisis del sistema privado retroalimentara la crisis del sistema publico. Tenemos que tener en cuenta que el sistema de aseguramiento privado tampoco ha tratado bien a sus profesionales sanitarios.
– ¿Existe algún modelo al que podamos copiar?
– Trasladar lo que se ha hecho en un país a otro diferente es muy difícil, pero sí podemos aprender de cómo se hacen las cosas en otros sitios. La situación en España es muy particular. Más del 97% de los recursos sanitarios se gestiona desde los gobiernos autonómicos, por lo que la importancia en la salud de las comunidades es enorme con respecto al Ministerio de Sanidad, y contamos con 17 modelos diferentes. Eso permitiría evaluar cómo distintas regiones han dado respuestas diferentes retos y cuales han sido mas exitosas al afrontar problemas comunes.
–¿Se disputan los países a los profesionales?
–Sí. Hay países que están captando profesionales y países que los están perdiendo, y el nuestro pertenece a esto último grupo. Es un problema muy serio. El nivel de salario de un médico español es equivalente a un médico en Brasil. Ningún país europeo occidental tiene salarios tan bajos como los tiene España y eso crea una situación que es insostenible porque incluso si dedicáramos muchos recursos a crear nuevos hospitales o nuevos centros de salud, ello tendrían poco impacto si no tenemos profesionales que atiendan a la población en esos centros. Los profesionales son la columna sobre la cual se sostiene el sistema sanitario.
– ¿Cree que es posible una voluntad entre comunidades o entre partidos para refundar de alguna manera el sistema sanitario español?
–Ha habido ejemplos donde esto ha sido posible como con el pacto nacional de pensiones , en el programa nacional de trasplantes o el programa MIR para formación de los profesionales. ¿Por qué no vamos a poder sentarnos en una mesa y discutir esto cuando se trata del principal problema de España y además tiene una enorme gravedad? Esto no es un asunto político ni atañe a una única región, es un problema nacional y es necesario llegar a pactos por encima del interés partidista.
– Con unas elecciones municipales a la vuelta de la esquina, ¿es inevitable que la sanidad entre en política?
–Precisamente di una conferencia en enero sobre este tema donde comente que el tema de la sanidad iba a ser prioritario en los debates políticos de este año. O que entonces parecía una predicción exagerada, no ha tardado ni un mes en cumplirse. El problema es que, desafortunadamente, la politización del conflicto sanitario no beneficia a nadie, no es el mejor camino para llegar a acuerdos y plantear soluciones.
- ¿Qué podemos hacer hoy?
- Tenemos un Consejo Interterritorial que reúne a los responsables de salud de las comunidades autónomas. Habría que convocarlo ya y hablar sobre la crisis y sus soluciones. Hay que llegar a un diálogo que trascienda el debate del interés partidista. Necesitamos también crear sistemas de incentivos para que los profesionales alarguen su vida laboral, se sientan cómodos en su trabajo, y estén motivados para poder llevar a cabo su labor. A la vez, tenemos que encontrar estrategias para el retorno de profesionales que se han marchado, captar profesionales del exterior y aumentar las plazas de formación. La escasez actual de profesionales va ha aumentar a menos que se establezcan medidas urgentes al respecto
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