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"Me ponían alfombra roja en los clubes de Miami"

Francisco Pizarro. Restaurador y escritor

Famoso por él mismo, por su restaurante y por su sobrino Alejandro Sanz, se estrena como autor con 'Tío Paco'.

"Me ponían alfombra roja en los clubes de Miami"
M. Muñoz Fossati

24 de mayo 2013 - 10:13

–Es obvio que ha considerado su vida tan importante como para escribir un libro sobre ella.

–Hombre, yo no he pretendido ir de importante, sino contar mis cosas y las de alguna gente que he conocido...

–Y usted puede presumir de que ha conocido a mucha gente.

–Es verdad, me fui a América con mi sobrino, iba para 15 ó 20 días y estuve dos años y pico. He vivido la vida en América y sé ya como es. Pero he tenido que decidir si me quedaba eternamente allí o me volvía para Andalucía, y decidí volverme. Pudo más mi familia, mi mujer, mis hijos...

–¿Por qué se fue con su sobrino, Alejandro Sanz?

–Fui con él porque me invitó, me dijo: "Tito, por qué no te vienes unos días conmigo, y ves Miami, la casa que tengo, el embarcadero, vamos a navegar un poco...". Y yo dije: bueno voy p’allá. Pero bueno, aunque siempre me preguntan por América, del libro me gusta más la parte de mi trayectoria vital desde los siete u ocho años, cuando empecé a funcionar.

–¿A funcionar?

–Sí, a ayudar a mi familia, la inquietud por las cosas, el querer saber. Era así. A mí nunca me decían lo que tenía que hacer, yo era así por naturaleza. Y luego, toda la gente que conocí más tarde aquí, gente famosa del mundo del toro, aficionados, aspirantes en tentaderos. En los 60 esto era como Salamanca la Chica.

–Siempre le ha gustado eso de relacionarse.

–Sí, sí. La verdad es que sí, pero te voy a decir una cosa ¿eh? Tanto los famosos como los que no tienen fama ninguna quieren lo mismo: que los quieran, querer. Y yo se lo he dado. Y vas viendo que es interesantísima la universidad de la calle, hablar con todo el mundo.

–¿Ese mundo de famosos era muy diferente del que se encontró en América?

–No sé. Hay allí muchos famosos de todo tipo que están bien, pero yo los veo como un poco... que les falta vida, les falta algo, que no están en plenitud de grandeza. Se les nota en los ojos que dentro de su ser... como si fuera de mentira, mucha apariencia, no están satisfechos con su vida.

–¿También su sobrino Alejandro?

–Se adapta como puede. Alejandro es un ser muy especial, muy especial, muy especial. Ama a Cádiz como si fuera cosa suya, habla de las cosas de aquí como si hubiera nacido en Cádiz. Yo le digo “Alejandro, tú hablas más de Cádiz que mucha gente de aquí ¿por qué?”. Y él no sabe contestarme.

–Pero a él no le pasa eso de que le "falte algo".

–Él lo que quiere tener siempre a su alrededor es su familia. Sus padres fallecieron, sus hermanos están en otras cosas... y el mundo que le rodea no tiene nada qué ver con él ¿Él qué sabe a qué viene una persona que aparece por allí?

–¿Y usted estaba para decirle a qué venían?

–No, no. Yo estaba allí para acompañarlo, porque él quería. Y él me decía “tito, que va a venir Fulano o Mengano, una presentadora... y quieren comer algo...”. Y yo le decía no te preocupes, abría la nevera, y lo mismo que él compone música, yo compongo comidas, y riquísimas. Yeso a él le encantaba, él flipaba conmigo.

–¿Con cuál de sus amigos se llevaba usted mejor?

–Yo con todos. Los veía a todos gente buena. Pero me acuerdo mucho, porque me hacía muchísima gracia, de los raperos. Calle 13 llegaron por allí. Y las pintas de ello eran para salir corriendo. Mentira. René se acercaba mucho a mí, decía que yo le recordaba a su familia de Puerto Rico. Yo vi que era gente muy noble y ¡asustadizas! y que se ponían esas hechuras para impresionar. René, el líder, me contó que se había enamorado y que el padre de su chica no quería que él le hablara porque le daba miedo. Pues yo hablé con el padre de ella... y ahora son felicísimos.

–Alguna cosa desagradable habrá visto.

–No, no crea. Yo siempre estaba con gente que lo tienen todo. He estado mucho con los hijos y los hermanos de Bob Marley. Estos no salían, estaban en su casa con sus trócolas de marihuana. Algunas veces estaba en su casa y me transportaba ¡a Jamaica! Pero con los Marley jóvenes sí que salía por Miami. Nos abrían las puertas de los clubes de par en par, alfombra roja... porque Miami tiene eso. Miami es de quien más tenga, de quien mejor vista, de quien mejor músculo, mejor cacha tenga. Es el culto a la belleza, al poder, y nosotros éramos el tío de Alejandro Sanz y los hijos de Bob Marley, figúrate.

–¿Y Alejandro vive a gusto allí?

–Sí, él sí, aunque empieza a hartarse un poco. América le ha dado muchas cosas, pero quiere vivir un poco en España y va a estar en un lado y en otro.

–Usted sí estaba a gusto.

–Yo sí. No me hubiera importado quedarme más tiempo, pero... llegó el momento, y pensé ¡los demás se van a cabrear! Fue después de la gira por toda América de El tren de los momentos.

–Y después de todo eso sorprendió desapareciendo en Alcalá.

–Mira, como había estado dos años sin ver a mi mujer, me dije: me voy a poner yo mismo un castigo y voy a estar dos años sin salir de mi casa. Y la gente comentaba: “Está enfermo, viene drogado de América, viene hecho polvo de la cocaína, no sé cuánto y no sé qué...”. Y yo veía a la gente que pegaba saltos delante de las ventanas, como los canguros, para verme. Y yo me reía. Y me dije: voy a escribir un libro.

–En general, está usted satisfecho de su vida.

–Sííí, yo no necesito nada. He vivido a mi forma, como yo he querido. Con veinte años ya me fui a Francia con el sobrino de Rancapino, y estuve en Francia cerca de un año, y tuvimos el éxito más grande del mundo, cantando por la calle coplas andaluzas, éramos dos andaluces jóvenes, los pelos largos, éramos bastante atractivos porque por muy feo que tú seas, con 20 años eres guapo siempre. Y lo que sacábamos era para pagar la pensión. Nos lo pasamos muy bien. Y si lo he hecho mal o lo he hecho bien, ya no tiene remedio. No me arrepiento.

El comienzo de una vocación literaria

Francisco Pizarro es nacido en Alcalá y famoso por él mismo, por su restaurante, por su sobrino Alejandro Sanz, de quien fue la mano derecha durante dos años en Miami, y hasta por su hermano Luis, que fue consejero de Gobernación. Ahora ha escrito Tío Paco “no para que la gente se ría, o llore o cotillee, sino para que lea las historias bonitas, y la sabiduría que hay ahí...”. Y ya está preparando el próximo libro, “de relatos verídicos, pero de cosas misteriosas, tanto que parecen mentira”. El libro se vende por internet en apasioname.es. Y su famoso sobrino lo presentará en Madrid a finales de mes.

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