Antza, ex número uno de ETA hasta 2004, habla de "mano tendida"

El Tribunal de lo Criminal de París rechazó ayer el aplazamiento del juicio contra los ex dirigentes de ETA Mikel Albisu, Mikel Antza, y María Soledad Iparraguirre, Anboto, que leyeron una declaración en la que aseguraron que la organización terrorista "tiene la mano tendida una vez más".

"Hacemos un llamamiento para la resolución del conflicto", señaló Iparraguirre en la parte del texto que leyó, en la que subrayó que "corresponde a los gobiernos francés y español actuar con responsabilidad y sentido histórico".

Aunque ambos reivindicaron repetidamente su pertenencia a ETA, Anboto afirmó: "No somos terroristas, no tratamos de destruir el Estado español ni tampoco el francés" sino de construir un Estado vasco "para sobrevivir como pueblo".

A ese respecto, Mikel Antza, considerado jefe político de la banda cuando fue arrestado en 2004, y a la que definió como "organización política armada", señaló: "No queremos imponer nuestra opción política a nadie" sino que los vascos puedan decidir su futuro "sin límites y sin injerencias". El etarra, que negó legitimidad al tribunal porque "sólo" rinde cuentas "ante el pueblo vasco", se quejó de que España y Francia dividen el País Vasco y se quejó porque "hace demasiado tiempo" que su identidad está "amenazada de desaparición".

El ex número uno de ETA, de 49 años, se sienta en el banquillo acusado de dirigir una organización "con fines terroristas" con Anboto y otras ocho personas, entre ellas Juan Cruz Maiza Artola, sospechoso de estar a cargo de los zulos descubiertos durante su detención, el 4 de octubre de 2004 en el suroeste de Francia. Los diez imputados -cinco de ellos franceses- podrían ser condenados hasta a 20 años de cárcel. Seis están en la cárcel y cuatro en libertad.

El presidente del Senado, Javier Rojo, ha emplazado al ex portavoz de Batasuna Arnaldo Otegi a que se suelte las "cadenas" y los "grilletes", tenga "un par" y diga a los terroristas: "Por ahí no voy". Así lo manifiesta el dirigente socialista en una entrevista en Vanity Fair en la que reconoce la "capacidad de liderazgo" y la "inteligencia" del líder abertzale, aunque el presidente de la Cámara Alta puntualiza que él es como "Santo Tomás", que necesita "ver para creer".

"Se tiene que soltar las cadenas, los grilletes. El vacío que le harán será muy fuerte y también la presión a su familia, pero tiene que plantarse. Esto es como los yonquis, que les cuesta salir de la heroína. Y no se cura con aspirinas, pero tampoco diciéndole a tu mamá que vas a ser bueno", señala Rojo.