Pactos para formar Gobierno

Sánchez lanza un guiño receptivo y envenenado a ERC

  • El candidato socialista aparca el delito por convocar referéndums ilegales y ahora admite un "problema político"

  • También advierte a la formación independentista de que PSOE y Podemos son los únicos partidos que optan por el diálogo sobre el conflicto 

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, este jueves en rueda de prensa en La Moncloa.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, este jueves en rueda de prensa en La Moncloa. / Mariscal (EFE)

Pedro Sánchez está suavizando por momentos su postura ante el conflicto catalán -si ERC votara no a su investidura en diciembre se reduciría a añicos su propósito de enmienda para formar un Gobierno de coalición con Unidas Podemos- y el presidente del Gobierno en funciones se ha puesto manos a la obra, con el palo en una mano y zanahorias en la otra.

Sánchez ha comparecido este jueves en rueda de prensa en el Palacio de La Moncloa (junto al presidente electo del Consejo Europeo, el belga Charles Michel) con la lección bien aprendida para ganarse al menos la abstención de ERC con tres mensajes, uno entre líneas y otros dos explícitos, de muy distintos tenores.

Palo y zanahorias

El líder socialista ha dejado caer (la zanahoria) que por ahora deja aparcada la idea que venía exhibiendo en los últimos tiempos de recuperar el delito de convocar un referéndum ilegal, que el PSOE derogó en 2005. "Acabamos de alcanzar un acuerdo histórico que ofrece una salida al mandato de las urnas. En el programa de gobierno tendremos que llegar a acuerdos sobre propuestas en múltiples ámbitos. Vamos paso a paso", ha explicado Sánchez tras una pregunta directa sobre la anunciada reforma del Código Penal para castigar esa convocatoria que anhelan el presidente de la Generalitat, Quim Torra, y compañía.

De manera más clara (otra zanahoria) llegaba otro mensaje del necesitado candidato a la investidura al admitir que en Cataluña hay un "problema político", mandando al baúl de los recuerdos su visión más prosaica de un mero "problema de convivencia", un recambio que hace honor a las reivindicaciones del independentismo.

Un "problema político" para el que los secesionistas reclaman una mesa de partidos que lo aborde, a la sazón una de las demandas de ERC para replantearse su no a Sánchez, que por ahí ha metido el palo. "El Gobierno siempre estará a favor de encontrar una solución política a la crisis territorial que desgraciadamente vivimos hace varios años en Cataluña", introdujo Sánchez, que dejó poco margen a alternativas recordando que el Partido Socialista y Unidas Podemos son los únicas formaciones de ámbito nacional que apuestan por el diálogo "dentro de la Constitución" para resolver la "crisis política" en Cataluña.

Diálogo o porras y togas

Al ser preguntado por el eventual no a su investidura que ERC luce como un cuchillo entre los dientes, el líder socialista ha replicado interrogando "qué alternativa" proponen esas fuerzas que niegan el apoyo al único Gobierno posible formado por las dos únicas fuerzas que en España quieren superar la crisis catalana sentadas en una mesa en lugar de cargar con porras y togas.

Y sobre la forma en la que el futuro Gobierno planteará esta cuestión, Sánchez ha señalado que en su discurso de investidura lo explicará y que antes tendrá que acordarlo con su socio en el Ejecutivo, Unidas Podemos, que bajo la premisa de la lealtad al presidente ha arrumbado su propuesta de convocar un referéndum sobre la autodeterminación y dejará de llamar "presos políticos" a los líderes del procés encarcelados para no poner palos en las ruedas de esa pretendida coalición de gobierno.

Mesa de partidos

No ha respondido Sánchez a la pregunta explícita de si está dispuesto a una mesa de partidos fuera del Parlamento catalán, como reclaman los independentistas. Pero sí ha recordado que hay un punto "bastante específico" sobre Cataluña en el acuerdo que firmó con Pablo Iglesias, líder de Unidas Podemos, en el que se habla del compromiso del presunto futuro Ejecutivo de buscar "fórmulas de entendimiento y encuentro", dentro de la Constitución.

Una cadena en la que brilla el eslabón del acuerdo de Pedralbes que la Generalitat presentó al Gobierno central hace casi un año. 

La presidenta de la Diputación de Barcelona, la socialista Núria Marín, ha afirmado este jueves que el pacto que planteó Torra a Sánchez en diciembre de 2018 "podría ser un punto de partida" negociador.

Lo que levantaría ampollas, puesto que el documento -Propuesta del Govern de Catalunya en la cumbre con el Gobierno de España: Un pacto de Estado para solucionar el conflicto entre España y Catalunya- aboga por reconocer y hacer efectivo el derecho de autodeterminación, la mediación internacional, el respeto a las instituciones catalanas, la renuncia a aplicar de nuevo el artículo 155 de la Constitución, investigar los abusos policiales que denuncia el Govern y dejar atrás la vía judicial contra el independentismo.

Rufián afirma tras una primera reunión con Lastra que no ha visto "indicio alguno de que el PSOE vaya a abandonar la vía represiva"

De momento, las aguas de la investidura siguen estancadas. Los segundos espadas no han avanzado ni un milímetro en su reunión de este jueves en el Congreso de los Diputados.  ERC sigue instalada en el no tras la primera toma de contacto entre la portavoz socialista, Adriana Lastra, y el republicano, Gabriel Rufián, quien no ha observado "indicio alguno" de que el PSOE "vaya a abandonar la vía represiva".

Así consta en el comunicado de prensa que la formación independentista ha enviado a los medios una vez terminada la reunión de menos de una hora entre ambos dirigentes, que al menos han coincidido en la necesidad de seguir manteniendo contactos.

Hay también quien en el PSOE tampoco está nada conforme con esta labor, por razones absolutamente opuestas, como el ex presidente del Gobierno Felipe González, quien ha advertido este jueves que nunca aceptará un acuerdo de Gobierno que suponga "romper las reglas de convivencia" y de igualdad entre españoles: "Yo nunca pasaré por eso", ha asegurado.

Otro dirigente de su quinta, el ex presidente de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra, además de disconforme, está muy enojado. "Si finalmente Pedro Sánchez forma Gobierno con Podemos, ERC y los independentistas, pediré mi baja como militante del PSOE", ha afirmadoe ste jueves en un foro sobre jóvenes, internet y democracia.

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