"No es baladí, señor Matarí"

"No es baladí, señor Matarí"
"No es baladí, señor Matarí"
Jorge Bezares

29 de octubre 2009 - 05:05

LA sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados arrancó con una nueva muestra de tacticismo del PNV. Tras garantizarle al Grupo Socialista y al Ejecutivo del PSOE la aprobación de los Presupuestos para 2010, los nacionalistas vascos enmendaron el martes la Ley del Gobierno con una proposición de ley que plantea la supresión de dos ministerios y de la Vicepresidencia de Manuel Chaves, y apretaron ayer las clavijas al propio Zapatero a propósito del caso del atunero vasco Alakrana.

Josu Erkoreka aireó el "vodevil" sobre los dos piratas detenidos, "un cóctel inexplicable de incompetencia, ligereza y fatuidad" en su opinión, y responsabilizó directamente al Gobierno -proclamó el "grito desesperado" de las familias- del secuestro de la embarcación por no haberle dado protección militar. Y recordó que los barcos franceses sí la llevan. Parafraseando a la prensa gala, destacó que ésta es "la diferencia entre el norte y el sur de los Pirineos". El presidente respondió que su Gobierno está haciendo "todo lo que está a su alcance", y defendió la autoría española de la operación Atalanta.

Acto seguido, Rajoy tomó la palabra para preguntarle sobre las pensiones y la sanidad pública en España tras las advertencias de la Comisión Europea (CE). Y Zapatero, como no podía ser de otra forma, certificó la solvencia del sistema de pensiones español e informó de que, a finales de 2009, arrojará un "superávit cuantioso". En verdad, ni el presidente del Gobierno ni el líder de la oposición estaban para mucho más, con la que está cayendo en Santa Coloma de Gramenet y en Caja Madrid. Por cierto, Zapatero, en un corrillo con plumillas, se soltó el pelo y dijo, entre otras cosas, que no tenía una "posición contraria" a que Rodrigo Rato ocupara la presidencia de la entidad financiera y, casi montándose en el coche oficial, que ante el caso de corrupción destapado en la cuarta ciudad más poblada de Cataluña "que actúe la Justicia". De calado, calado, el líder socialista sólo soltó que "está bien" que los equipos pequeños de fútbol derroten a los grandes (léase Alcorcón-Real Madrid, pero también la Cultura Leonesa-Barça).

Volviendo a la sesión de control, quedó muy devaluada por la ausencia del tradicional debate entre la vicepresidenta y la portavoz del PP. Sáenz de Santamaría le preguntó a De la Vega por el caso Faisán y ésta se la envió de tacón a Rubalcaba por eso de que el asunto tenía pinta de marrón. Y como el ministro del Interior estaba de visita oficial en USA, pues la portavoz popular colgó su protesta en la red y dio un canutazo lleno de indignación, de mucha indignación.

Del resto cabe destacar la pregunta planteada por el popular Juan José Matarí al vicepresidente Chaves sobre las obras del Plan E en El Ejido. Ante las acusaciones de complicidad lanzadas por el diputado del PP, el ex presidente de la Junta estuvo claro y fino: "El señor Enciso (alcalde de El Ejido) ha militado en el PP, nunca en el PSOE, y lo hizo durante 14 años, y esto no es baladí, señor Matarí". Por lo demás, Chaves, con el pareado en su haber, adelantó que cuando se reciban los proyectos de obra, se comprobará si hay irregularidades y se obrará en consecuencia.

La traca final de la sesión de control la puso la diputada popular Celinda Sánchez, que, a través de su interpelación a la vicepresidenta económica, Elena Salgado, le dio un puyazo con la casa que dicen que tiene en la Costa Azul. Curiosamente, la interpelante es ni más ni menos que la suegra del todopoderoso empresario Fernando Fernández Tapias, un señor llamado Fefé que, como es sabido, destaca por pasar sus vacaciones en viviendas de VPO altamente subvencionadas.

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