El PP conquista por fin la aldea gala
Los populares avanzan y ganan en las zonas más pobladas, claves para los comicios autonómicos andaluces de Marzo · Los socialistas conservan el voto rural, los pequeños municipios, la frontera y salvan la Cuenca
El PSOE perdió ayer la supremacía que conservaba hasta ahora intacta elección tras elección. De hecho Huelva llegó a ser, en otras épocas, la provincia más fiel al PSOE, donde más votos cosechaba de toda España. La aldea gala de Astérix y Obélix sucumbió al empuje romano, a la marea del PP que entró como un verdadero tsunami por la costa y no dejó títere con cabeza en ninguna de las comarcas de Huelva. En todas incrementó su voto la cartelería popular, que incluso estuvo a punto de arrebatar plazas emblemáticas como Valverde o Almonte, donde se luchó voto a voto, casi casa por casa. Al final los socialistas conservaron por poco, con un aprobado raspado, la mayoría en estos dos pueblos, otrora símbolos del poder socialista.
El PSOE conservó, pese a la sangría, el voto en los pequeños municipios de la Sierra, la frontera con Portugal, Andévalo y a duras penas parte de la comarca de El Condado. Pero la gatera se le volvió muy pequeña, diminuta en los pueblos más habitados.
En Almonte, donde se presentaba el ex alcalde Francisco Bella, esta vez al Congreso, los socialistas se desplomaron nada menos que veinte puntos en porcentaje de voto. Y Bella se quedó a las puertas del Congreso de los Diputados, donde solo tienen ticket para entrar sus compañeros Jaime Javier Barrero y María José Rodríguez.
La digestión del voto fue ayer muy pesada para el PSOE en la mayor parte de la provincia de Huelva.
Todo empezó mal. En Cumbres de Enmedio el PP ganó por primera vez en democracia. Era el símbolo de la victoria socialista desde los tiempos de Carlos Navarrete, el primer pueblo que aparecía en la pizarra de la gloriosa calle La Palma. Ayer cambió y el PP obtuvo 28 votos y el PSOE 23.
Después de ese varapalo, en el chalé burgués y señorial de El Conquero todo eran caras largas y malos augurios y presagios. La ruina (de votos, claro) avanzó, imparable, como las letras del vocabulario. Caía el segundo municipio importante, Bollullos, la tierra que fue de Valderas. El PP se fue a los 3.042 votos y el PSOE se quedó muy por debajo de sus previsiones, con 2.795.
Pero como las desgracias nunca vienen solas, el PSOE se quedaba sin Cartaya. El PP le arrebataba otro de sus feudos con 3.694 votos. El PSOE sólo llegó a 2.390, insuficiente para parar la goleada popular.
Fue un aviso de lo que iba a suceder en la comarca de la Costa, la más poblada de Huelva y que será clave en las elecciones andaluzas a las que el PP pone cara de mayoría absoluta.
Isla Cristina había avisado varias veces. A los isleños le gustaba la querencia del PP y ayer lo demostraron. El PP se subió hasta el índice de los 4.546 votos y el PSOE se conformó con unos ramplones 2.618 votos. Con razón la alcaldesa, María Luisa Faneca, hizo un desesperado llamamiento a la participación a media jornada. Desde El Conquero dieron la voz de alarma. De nada sirvió.
La marea enfiló la ría del Carreras y llegó a la Punta del Moral. Caía Ayamonte. El pueblo donde el deslinde de Costas ha acabado por deslindar, por desbordar, a los socialistas. 3.981 votos sacaba el PP y 3.568 el PSOE. Un hito en la capital del Guadiana.
Con Ayamonte perdido se conocieron los datos de Lepe. Aquí, el PSOE no levanta cabeza. Desde que Mario Jiménez, el secretario general del PSOE de Huelva, expulsara a los cien militantes allí no hay quien haga campaña. La diferencia lo canta. PP: 6.452 votos; PSOE: 2.774.
Pero ayer, por caer, se desmoronó la joya del PSOE en las pasadas elecciones municipales, Punta Umbría. El PP llegaba al 50,36% de votos y 3.995 sufragios y el PSOE pescaba 2.894. Otro aviso para las autonómicas.
Pero como todo lo malo empeora, la otra joya, esta del secretario general socialista, Moguer, también se escapó. El PP metió en su zurrón 3.920 votos por los 3.812 del PSOE, dejando en puro espejismo los resultados de los comicios municipales.
Palos de la Frontera, el vecino, daba un empujón definitivo a su alcalde, Carmelo Romero, para que entrara en la Carrera de San Jerónimo. Y le regaló nada menos que 2.782 papeletas para que no tenga problemas con los porcentajes. El PSOE se quedaba con 1.510.
Quien no falló fue La Palma del Condado. El pueblo de Juan Carlos Lagares le firmó de nuevo el pasaporte para Madrid. Fue como si pasara el prometido AVE por la tierra del Luis Felipe. El PP le sacó nada menos que 30 puntos de diferencia al PSOE. O lo que es lo mismo, 3.700 votos del PP por 1.780 socialistas.
Una de las pocas alegrías de la noche para el PSOE estuvo paradójicamente en la cuna de la candidatura vencedora, el San Juan del Puerto de Fátima Báñez. El PSOE obtuvo 1.917 votos, el 44,04% de los votos, por los 1.756, el 40,34% del PP. Fue un jarrito de agua fría para la triunfante diputada Fátima Báñez.
La ruta de la Nacional 435, Trigueros y Beas también siguieron los pasos sanjuaneros y dieron la victoria al PSOE.
Los datos auguran malos tiempos en el PSOE de Huelva, tiempos de congresos, y presagian la jubilación de una generación de políticos que tiene en su haber treinta años de victorias incontestables pero que deja en su debe un enorme roto, un reguero de votos perdidos que será difícil recuperar por la nueva generación de políticos que no han trabajado en la calle, en las asociaciones de vecinos. Solo conocen las moquetas, los buenos sueldos y el coche oficial.
Las elecciones andaluzas están a la vuelta de la esquina. Cuatro meses para continuar un combate que van perdiendo por muchos puntos. Ya verenos si son demasiados.
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