Pedro y el Séptimo de Caballería

El candidato socialista aparecerá durante esta campaña en todos los programas posibles Felipe González salía a defenderlo en 'Espejo público'

Pedro Sánchez, sonriente, en su aparición del martes en 'El Hormiguero' mientras hablaba de la ausencia de Rajoy en el debate a cuatro bandas.
Pedro Sánchez, sonriente, en su aparición del martes en 'El Hormiguero' mientras hablaba de la ausencia de Rajoy en el debate a cuatro bandas.
Francisco A. Gallardo

11 de diciembre 2015 - 01:00

SÁNCHEZ, contigo empezó todo. Fue hace poco más de un año, cuando accedió a ir a El Hormiguero y fue recibido con carantoñas de trapo para coraje de los asesores populares. La televisión se les estaba escapando viva a los del PP y lo de que se encumbrara un tertuliano habitual como Pablo Iglesias no era casualidad. El socialista se subió a ese carro mediático de multitudes y en su mayor osadía, cuando preparaba su aparición ante El Hombre de Negro, se le ocurrió llamar a Jorge Javier Vázquez al mismísimo Sálvame para que no renunciara a su fiel voto a la rosa por la polémica del Toro de la Vega.

Eran semanas de irrupción y expansión, popularidad que se ha disipado bastante. Sánchez, el guaperas con la cara algo picadita (poco favorecedor su perfil izquierdo, el que le suelen poner en la tele), siempre con el lastre de su relación con Susana Díaz, en esta recta final no pita como se pensaba y han pitado todas las alarmas rojas por Ferraz. El PSOE no está de remontada, sino de contraataque: han llamado a puertas amigas y a mediopensionistas para insistir con el mensaje de Sánchez. El candidato socialista, el evidente perdedor del debate a cuatro del lunes, va a ser el que aparezca en más programas (informativos aparte) en esta campaña. De hecho va a hacer un recorrido completo por la cadenas que ni el presidente de Doñana.

Tras pinchar en el debate, Sánchez pudo intentar rehacerse ante la audiencia con su ya prevista aparición en El Hormiguero. Con Pablo Motos a favor curó algunas heridas, dejó caer por omisión alguna maldad sobre los tacones de Soraya, mientras el animador valenciano le recordaba que "Rajoy está ganando sin hacer nada". Sánchez admitía el martes que "no es cuestión de caer bien" para llegar a la Moncloa. Pero sólo con discurso y sin empatía los votos no caen. Motos llegó a ponérselas como a Fernando VII: en vez de futbolín le presentaron a Pedro una mesa de billar elíptica donde siempre se hace carambola. Pero ese Hormiguero en prime time, realmente, fue un tostón. Y cuando El Hormiguero es un tostón la culpa la tiene el invitado, que no sabe divertirse.

El PSOE ha movilizado al Séptimo de Caballería y como muestra Felipe González aguardaba en la puerta el miércoles a que Susanna Griso levantara la chapa de Espejo público para defender en el matinal el empaque y las propuestas lanzadas por su heredero en el debate de los nerviosos. Sánchez entonces estaba tomándose el café en La 1, rebatiendo al Gobierno en Los desayunos de TVE. Ya habló de las pensiones con María Teresa Campos, que lo presentó como un "ex jugador de los Estudiantes", como si el equipo madrileño fuera el de una pandilla de pipiolos. Entre besos del público, bajando como Mayra, Pedro se encontró en Telecinco con los mayores, con un voto decisivo que será el que se trabaje Mariano Rajoy mañana sábado. El socialista acudía ayer a Ana Rosa Quintana y encontró un necesitado cariño en el matinal de la cadena de Mediaset.

Si fuera por audiencia Pedro Sánchez lo tendría complicado. Pablo Iglesias toca el techo de los audímetros en sus apariciones estelares porque lo siguen muchos fieles y también muchos detractores. Cuando remedó mal a Krahe en El Hormiguero congregó a 3,8 millones de espectadores, 21,7%, como la Preysler. Sánchez el otro día, en igual horario nocturno, se quedó en un millón menos, 2.836.000, 15,6%. A Rajoy en parte le pasa como al de Podemos, tiene fans pero también muchos curiosos con ganas de verle meter la pata, con ganas de oírle algún trabalenguas de los suyos. Pero ha salido airoso con Bertín (4,3 millones, 23%, frente a los 3,7 millones, 20,4% que reunió Sánchez) y de La Sexta Noche salió indemne con 1,6 millones de media, 13,4%. Una victoria demoscópica frente a los 1,2 millones que congregó Pablo Iglesias en su La calle responde, y casi 1,2 millones de Pedro Sánchez, que aquí superó a Albert Rivera, 1.046.000. El de Ciudadanos vence al del PSOE por la mínima en audiencia con María Teresa Campos (ambos sobre los 1,6 millones), donde Pablo Iglesias reunió a casi 1,8 millones. A Rajoy, que ha ganado en autoconfianza, le queda ese tarde pensionista de Telecinco y por supuesto también ese académico cara a cara con Sánchez donde el PSOE finalmente se va a jugar sus últimas posibilidades reales de ser alternativa ante el 20-D. La televisión, oráculo de los indecisos, dictará justicia.

stats