La burbuja electoral del mercado de fichajes

La caza del independiente que tanto desasosiega al militante candidato a candidato forma parte de los rituales de precampaña. Todos los partidos han buscado impacto mediático con los fichajes. Y lo lograron. Pero lo cierto es que muchos de esos nombres que tanto sonaron hace unas semanas no obtendrán escaño, que corresponderá al que le precede en la lista, que suele ser un militante reconocido, un hombre o mujer de partido.

Podemos ha sorprendido jugando mucho la baza del fichaje sorpresa, contando lo bien que le había salido en las municipales, a través de coaliciones ciudadanas, en Madrid y Barcelona con la juez Carmena y Ada Colau. En Andalucía hay dos nombres que han sonado mucho. Uno ha sido el gaditano Juan Antonio Delgado, guardia civil, militante y portavoz de un sindicato alegal de la Benemérita, y el otro es Luis Carlos Rejón, ex coordinador general de IU en Andalucía en los años de la pinza. A la vista de las encuestas, ni uno ni otro obtendrá el acta, lo que ya debió observar en su momento el catedrático Javier Pérez Royo cuando dijo sí para luego decir no a ser número tres por Sevilla por la formación morada. Ese ha sido el puesto que ha ocupado Rejón, que reconoce que sería una sorpresa lograr representación.

Lo de Delgado es otra cosa porque sí fue fichado para salir, pero colocaron por encima a una joven periodista portuense, que vive en Madrid, de La Tuerka, Noelia Vera. Es muy difícil que Podemos alcance un segundo diputado en la provincia de Cádiz. Y de ese resultado depende el escaño de otro fichaje, el magistrado Juan Carlos Campo, que acude como número tres por Cádiz. Un buen resultado de Ciudadanos o de Podemos en la provincia le dejaría fuera.

No fue Campo el fichaje más sonado del PSOE. Ese honor habría que otorgárselo a la periodista Irene Lozano, pescada de las filas de UpyD, que sí está en posición de salida en Madrid, pero no lo está tanto la ex militar Zaida Cantera, que tuvo la valentía de denunciar el acoso que sufren las mujeres en el Ejército, como fue su propio caso. Va de número 6 en Madrid y todo augura que el PSOE caerá a cuarta fuerza política en esta Comunidad, con lo que también quedaría fuera.

De más alta graduación es el militar fichado por Podemos, el general Julio Rodríguez. El ex jefe de la Defensa nacional va en Zaragoza, provincia con la que tiene poco que ver, por detrás del doctor en Físicas Pedro Arrojo. Después de tanto revuelo, sólo una sorpresa entregaría un segundo diputado a Podemos en esta circunscripción. Otro fichaje fuera.

Ciudadanos sí ha colocado en puestos de salida a sus fichajes más relevantes. Se da por descontado que Toni Cantó repetirá como diputado por Valencia (ya lo fue por UPyD) yendo de número dos. La que fue finalista del Premio Planeta, la escritora Marta Rivera, que irá de tres por Madrid pese a estar en contra del contrato único, una de las propuestas estrella de su partido, cuenta con todas las papeletas para salir si deja de jugar con el Twitter, donde ayer dejó escrito que el Holocausto tenía una explicación política. Fuera de contexto, estas veleidades literarias tienen un coste.

Pero si de lo que se trata es de talla intelectual habría que fijarse en dos candidatos: Fernando Savater y Andrés Trapiello. Ambos optan a ser senadores y, por currículum, dignificarían la Cámara Alta. Sus posibilidades de salir elegidos son escasas. Acuden por UPyD. Eso es lealtad.