EL TIEMPO Aún se esperan lluvias en Andalucía

PLAYAS Mapa con las banderas azules en Andalucía

Caminos cruzados

Caminos Cruzados: De la Gran Plaza al Puente del Alamillo

  • José Cenizo le enseña a Dolores González la vida en su barrio de Nervión y ella le muestra el día a día frente al Alamillo. Un diálogo de vivencias como ejemplo de mutuo descubrimiento.

José Cenizo llegó a Nervión hace más de diez años. Eligió esa zona para vivir por su fácil acceso y comunicaciones con otras partes de Sevilla. Lo primero que le quiere enseñar a Dolores González Gil  es la Gran Plaza, centro neurálgico de la vida en el barrio. Para él, más que un lugar de paso es un punto de encuentro, un cruce de caminos en el que merece la pena detenerse.

Las vistas a la Giralda que se contemplan al fondo de la avenida de Eduardo Dato le suponen fuente de inspiración diaria para su literatura. Dolores González Gil, que obtuvo hace años la cátedra de Literatura Infantil y Juvenil, desarrolla su trabajo en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, en la cercana avenida de la Ciudad Jardín. Conocedora de la zona aunque no residente en ella, evoca en su diálogo con José Cenizo el ayer de este lugar, con las sesiones de teatro en el desaparecido Cine Alcázar, o los desayunos en La Ponderosa.

Le sigue llamando la atención la tipología constructiva de las viviendas residenciales que ahí se ubican. Es otro de los porqués que animaron a José Cenizo a trasladarse aquí junto a su familia. La posibilidad de adquirir un terreno y poder construir una casa es algo que todavía hoy es posible en esta zona. Así lo hizo nuestro protagonista. “Fue todo un acierto trasladarnos a vivir aquí, hoy el barrio tiene todos los servicios para el bienestar de mis hijos”, le comenta a Dolores González Gil, no sin reivindicar más zonas culturales y deportivas en la zona. Es algo en lo que también coinciden.

La pasión de ambos por la literatura hace que quieran inculcar en los demás el hábito de la lectura. Para ello, no sólo claman por sacar los libros a la calle, sino que se muestran partidarios de aprovechar los lugares públicos para el fomento de las artes en todas sus facetas. Están encantados de haberse conocido en este populoso enclave sevillano.

Dolores González Gil reside en las inmediaciones de Nuevo Torneo, en la parte situada al norte del barrio de la Macarena. Cada anochecer, las luces que coronan el Puente del Alamillo inundan su hogar como faro que le alumbra las aguas de su río Guadalquivir. A José Cenizo lo primero que le llama la atención es la gran transformación de esta parte de Sevilla. Amplias zonas verdes actúan de verdadero pulmón de sus nuevas grandes avenidas y plazas. “Hace años, toda esta área de la prolongación de Torneo era un espacio deprimido de Sevilla, con las vías del tren y grandes áreas de infraviviendas”, relata.

Fue difícil cambiar la realidad social de una zona entonces marginal. Dolores González Gil subraya la gran revalorización del barrio, del que le encanta su clima más suave, cinco grados menos de temperatura que en la mayor parte de la ciudad, asegura. También le recuerda a su infancia. Su familia siempre ha residido por aquí y le apasiona  sentirse como en casa cuando enfila Don Fadrique y deja atrás el antiguo Hospital de las Cinco Llagas, hoy Parlamento de Andalucía, para atravesar el arco y buscar las calles más céntricas de la capital.

“Voy andando a todos los sitios”, le asegura a José Cenizo, que comprueba in situ las bondades de la zona que relata. Uno de los pocos inconvenientes que encuentra Lola son algunos focos de delincuencia, eso sí, muy localizados en algunos puntos del barrio. También le han resultado molestas las obras del carril bici, cuya ejecución asegura que se ha alargado demasiado.

Pero las vistas del Aljarafe que desde su casa contempla cada atardecer, las zonas de paseo junto al río, y el grato y continuo estado de ánimo del barrio compensan todo. José Cenizo se muestra entusiasmado por la pasión con la que Dolores González Gil le enseña su barrio. Establecen un intenso diálogo en el que no faltan referencias a Bécquer, Cernuda y otros grandes literatos que también se enamoraron de Sevilla como ellos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios