La Feria afronta sus últimos días y ya se habla de todos los récords que está batiendo: de asistencia, de viajeros en transporte público, de temperaturas y de consumo. A pesar del aumento generalizado de los precios, según la Confederación de Empresarios de Sevilla, la entrada de mercancías en el real se ha incrementado un 45% respecto al año pasado.

"Podemos decir que es la primera Feria plena tras la pandemia", explica Tomás González, presidente de la Confederación Provincial de Comercio, Servicios y Autónomos de Sevilla (Aprocom). En este sentido, señala que los altos niveles de turismo que la capital hispalense está percibiendo también repercuten en las ventas de los comercios de las principales zonas de pernocta como el Centro.

Este turismo sobrepasó el 85% de ocupación durante el pasado fin de semana y, según indica a este periódico Manuel Cornax, presidente de los hoteleros de Sevilla, la previsión es que mañana, viernes 28 de abril, se superé el 90%, "principalmente de turismo nacional que aprovechará el festivo del uno de mayo".

A pesar de que los pronósticos son muy positivos y de que el real ha colgado el cartel de aforo completo durante prácticamente toda la semana, los hosteleros que gestionan las casetas temen por la jornada del viernes y la del sábado de fuegos. A la clásica escapada a la playa se suma este año el calor atípico para la fecha. Unas temperaturas que están provocando según José David Martín, presidente de la Asociación Andaluza de Hostelería de Feria, que "a las tres de la tarde el real siga vacío". Además, asegura que la tendencia está cambiando a consumir platos más económicos y más bebidas.

Lo cierto es que pasear por Antonio Bienvenida es, desde ayer, una auténtica aventura en busca de la sombra. La estampa de turistas armados con mapas y abanicos de papel, al resguardo de la sombra que ofrece la portada de Gregorio Esteban, se combina con la de las delanteras de las casetas vacías u ocupadas por algunas familias que no tienen que pleitear con otros socios para ocupar una mesa con varias sillas.

"Me recuerda a una Feria de verano en la que la gente suele ir al recinto ferial más tarde para evitar las horas principales de calor", cuenta a este periódico Teo, al frente del catering El niño Teo que da servicio en la caseta Peña Taurina El Estoque. Indica que desde el miércoles, la gente decide pisar el recinto a partir de la noche y que, a pesar de ser una de las pocas casetas que cocinan todo al instante y que no han incrementado los precios sustancialmente, este año están vendiendo más bebidas que comidas.

Refuerzo de los puntos de suministro de agua

Una de las grandes preocupaciones de los servicios sanitarios es la deshidratación. Por ello, Lipasam ha sumado un tercer punto de avituallamiento de agua, tras atender el miércoles a más de 15.000 personas. Estos puntos se encuentran en las calles Gitanillo de Triana, Joselito el Gallo, Pascual Márquez, además de en la Caseta de los Niños Perdidos.