El ferial regreso de Tejada

SON bastantes los que le conocen aunque, por otro lado, siempre me parecerán pocos para lo que el personaje da de sí. Pepe García de Tejada, sevillano ilustre, celebró la tradicional cena del pescaíto, que, alejada del recinto del real, congrega a lo más selecto de la sociedad no sólo local sino de más allá de la geografía española al completo. Así, entre sus invitados pudo verse a Carmen Martínez Bordiú o a María Ángeles Grajal, esposa de Jaime Ostos, que dudaba entre dos trajes diferentes de gitana para la cita.

Antes, durante el día, me resultó emocionante el encuentro con la simpar Charo Reina, quien, recién llegada de actuar en una zarzuela, pasaba sólo unas feriantes horas con sus hijos peinada por Paco Cerrato y con un traje amarillo y rojo con el que se paseó en coche de caballos repartiendo, como siempre, ese buen humor que le caracteriza. Aparte, Laura Sánchez también brilló con luz propia por el recinto del real y, aunque se hizo notar en el espacio que, cada tarde, conduzco en Giralda Televisión, no tuvo inconveniente en atender a los periodistas que, atentos, buscaban la noticia. Tampoco me resultó tan traumático porque, a pesar de la ausencia de la modelo, sí tuve oportunidad de saludar a amigos de verdad -y de trayectorias impecables-, como los Amigos de Gines, felices por el lanzamiento de un nuevo disco, Siempre… Gines, con el que vuelven al mercado superando las cuatro décadas de buen hacer profesional.

Eso sin olvidar a la exitosa Laura Gallego, ganadora de la segunda edición de Se llama copla que, con una blusa negra de volantes, llamó la atención de los viandantes acompañada de Álvaro Vizcaíno, uno de los tres finalistas de la última edición del programa.

Discreto, el actor Antonio de la Torre recogió sus claveles de la prensa con un coche esperándole a las puertas de la caseta para que le condujera directamente al aeropuerto, donde tomó un avión rumbo a la prueba que el mismísimo Oliver Stone tiene previsto hacerle a nuestro paisano para su próximo rodaje.

María Teresa Campos -copresentadora del concurso que, junto a Rocío Carrasco, no termina de convencer en Canal Sur- tampoco faltó. Ni la duquesa de Alba, la cual hace muy bien en no perderse ni una, puesto que a sus más de ocho décadas continúa siendo un ejemplo de que no es el tiempo ni la enfermedad, sino el desánimo y el hastío, nuestro principal enemigo. Ella, dueña de un carácter imbatible, lleva la primavera en el corazón y así, es natural, los años no pasan.