Feria del Libro

Gamoneda pasea en su pregón por el patrimonio poético del Mediterráneo

  • El Premio Cervantes defiende la importancia de la literatura porque "enseña otras realidades" · En su intervención, el escritor recordó a un amplio abanico de autores, desde Safo hasta San Juan de la Cruz

Los visitantes de la Feria del Libro gozaron ayer de un privilegio insólito: participar en el recorrido sentimental por las poesías del Mediterráneo que emprendía, en el pregón inaugural de la cita, el escritor Antonio Gamoneda. En su intervención, el Premio Cervantes estableció una serie de paralelismos entre autores clásicos y contemporáneos -en piruetas temporales que iban desde la griega Safo hasta el italiano Eugenio Montale- para celebrar aquellas realidades intangibles que aporta la experiencia poética.

Gamoneda reconoció sus angustias ante la obligación de resumir tan vasto patrimonio lírico en una única ponencia. "Cuando mi querido Andrés Sorel, que ha sido el intermediario para que yo esté aquí, me dijo que el tema de la Feria del Libro eran las culturas del Mediterráneo, pensé, cargado de inocencia, que debía hablar de las poesías del Mediterráneo". Pero pronto, relata, afloraron las tribulaciones. "Qué difícil, qué angustiosa la situación cuando me doy cuenta de que estoy enfrentado a tantos siglos y a tantas lenguas", admite. Repasar todas sus referencias fue "un trabajo duro, pero más duro fue comprimir, esforzarme por hacer síntesis de lo que es difícil sintetizar", asegura.

Para Gamoneda ya se advierte "un lenguaje cercano a la poesía" en los bisontes pintados en una cueva del Paleolítico. Porque "no es únicamente la versificación el módulo mediante el que se expresa la poesía", ésta puede aparecer "dentro de cualquier género, sea del pasado o del más académico presente". Hasta en la Biblia, sugiere este ovetense formado en León, hay destellos de surrealismo y de vanguardia.

Gamoneda, enamorado de Ovidio y de Virgilio, prefiere no leer poemas de éstos "para no fragmentarlos". Sin embargo, son muchas las citas con que ilustra su navegación por las aguas literarias del Mare Nostrum. Su voz declama con generoso sentimiento al poeta romano Lucrecio, al filósofo judío Moisés de León, al maestro sufí Ibn Arabí, menciona con veneración a Garcilarso y rinde culto a San Juan de la Cruz, "el más alto poeta renacentista y puede que de la Historia".

De la mano de voces de sensibilidad prodigiosa como la de San Juan se aprende, reflexiona Gamoneda, "que existe una realidad subjetiva", una participación en una belleza inaprensible. Porque, apunta el autor, "el pensamiento poético no es pensamiento reflexivo, ni discursivo, es otro tipo de pensamiento, yo diría, simplificando, que adivinatorio".

El autor de Arden las pérdidas muestra su esperanza ante el futuro: todo este legado literario, está convencido, perdurará. "Con los medios tecnificados se piensa que en nuestros días se va a desplazar al libro. No lo lograrían aunque lo intentaran", declara sin caer en el pesimismo. "Sólo el libro puede transmitir creación. Ante una pantalla de televisión, no somos creadores en igual medida. Ante un paisaje tomado por una cámara sólo podemos ser receptores. Pero cuando un autor nos describe un paisaje nosotros lo tenemos que recrear. Un libro nos convierte en creadores", mantiene el poeta.

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