Carmencita: las tres bodas de la 'nietísima'

Tras anunciar José Campos su divorcio, ya son tres los matrimonios fallidos de la nieta de Franco, que siempre entregó su amor pesara a quien pesara.

Carmen asiste como invitada a numerosos actos sociales.
Carmen asiste como invitada a numerosos actos sociales.
Fátima Díaz

17 de febrero 2013 - 01:00

Tiene 61 años y parece que nunca sentará cabeza. Carmen Martínez-Bordiú se divorcia de José Campos. Hace unos días el empresario santanderino informaba de su ruptura definitiva con la nietísima vía exclusiva en la revista ¡Hola! Es la confirmación definitiva de lo que ya era un secreto a voces.

La culpable de este nuevo fracaso sentimental parece ser ella, y únicamente ella. Su distanciamiento era muy comentado en los últimos meses y, hace bien poco, personas de su entorno aseguraban que ya estaban tramitando los papeles para su separación. José Campos ha decidido romper su silencio y confirmar la noticia. El ex atleta asegura sentirse desconcertado, descolocado y destrozado, por lo que él considera uno de los varapalos más grandes de su vida. Pues, al parecer, no había crisis ni se veía venir su separación.

La causa ha sido una tercera persona. Su nombre es Luis Miguel Rodríguez, empresario al que conoció en septiembre en un festejo taurino y con el que está saliendo en la actualidad. Se trata del creador y propietario de Desguaces La Torre, una de las mayores instalaciones de despiece de automóviles de Europa. Ambos han compartido cenas, almuerzos y viajes. Carmen incluso ya le ha presentado en su entorno familiar.

Este tercer divorcio no extraña a quienes conocen a la nieta mayor de Franco y su disipada vida, aunque llama la atención lo fácilmente que ha puesto fin a siete años de matrimonio con Campos. A punto de cumplir los 62 años (el próximo día 26), Carmencita -como la llamaba cariñosamente su abuelo, el general Franco-, ha vuelto a ponerse el mundo por montera para hacer lo que le da la real gana.

La historia de Carmen Martínez Bordiú Franco comienza el 26 de febrero de 1951 entre las paredes del Palacio del Pardo, donde se crió entre algodones la nieta mayor, y favorita, del dictador, fruto de la unión entre Carmen Franco (hija única y duquesa de Franco) y Cristóbal Martínez Bordiú, marqués de Villaverde.

En 1972 anunció su compromiso matrimonial con el duque de Cádiz, Alfonso de Borbón, primo del actual Rey de España y uno de los aspirantes por aquel entonces a la Corona. Muchos vieron entonces en esta unión una maniobra del Generalísimo para otorgar la sucesión a Alfonso de Borbón, convirtiendo de ese modo a su nieta en futura reina. Del matrimonio de los duques de Cádiz nacieron dos niños: Francisco de Asís (1971) y Luis Alfonso (1974). Todo parecía idílico, pero la joven Carmen se aburría en la legación de Estocolmo, donde Alfonso se encontraba de embajador. Así, poco a poco, fue distanciándose de su marido y frecuentando amistades como Isabel Preysler, casada entonces con Julio Iglesias. De hecho, fue uno de los mayores apoyos de la filipina cuando decidió separarse del cantante.

Interpretó a la perfección su papel de amantísima esposa hasta que en 1979, disipado el recuerdo del abuelo, decidió en contra de la opinión familiar separarse de su marido tras enamorarse locamente de Jean-Marie Rossi, un anticuario francés. El escándalo fue mayúsculo en la sociedad de la época y Carmen se vio obligada a elegir entre su felicidad y sus hijos. Finalmente, abandonó el país dejando a sus pequeños con el duque.

En diciembre de 1984, tras una ardua batalla judicial que acabó en el divorcio en el 82, pudo casarse civilmente de nuevo. Con él tuvo otra hija, Cinthya (1985) y vivió una década de estabilidad sentimental marcada por la tragedia por la muerte de su hijo mayor en accidente . En 1995, un año después de separarse de Rossi, salió con el arquitecto italiano Roberto Federici, con el que pasó la década siguiente de su vida.

El útimo campanazo lo dio el 18 de junio de 2006 al pasar por el altar con Campos, al que sacaba 13 años y a pesar de la oposición de su hijo Luis Alfonso. La nueva vida que emprendieron en Santander, los numerosos actos sociales a los que acude y sus intervenciones televisivas (como Mira quién baila, donde cobraba 50.000 euros por noche) no llenaron a la nieta de Franco, cuyo corazón ha alzado el vuelo otra vez apostando por un nuevo amor. El tiempo dirá.

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