Isabel Preysler ha dado una exclusiva a la revista Hola en la cuenta que la relación con su pareja, Mario Vargas Llosa, ha terminado. "Mario y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente —nos anuncia—. No quiero dar ninguna declaración más y agradezco a los amigos y medios de comunicación que nos ayuden en esta decisión" estas han sido las palabras textuales Preysler. 

Tras un largo noviazgo donde todos los medios solo preguntaban a la pareja que cuándo se iban a casar, parece que la relación ha llegado a buen término y cada uno seguirá su vida con caminos separados. Todo indica que el cese de la convivencia y los anhelos por estar más tiempos separados que juntos han propiciado esta ruptura. En diciembre Mario Vargas Llosa dejó de vivir en casa de Isabel Preysler tras una escena de celos. Esto conllevó su salida de la casa donde convivían y se instaló en su piso cerca de la Puerta del Sol, en el centro de Madrid, sin la menor explicación. Si su intención era volver a casa después de un tiempo, lo cierto es que eso no ha ocurrido.

No ha sido la única vez que se ha producido este tipo de escenas protagonizadas por el Premio Nobel. Sin duda ha sido una de las causas que habría llevado a Isabel Preysler a tomar la decisión de poner punto y final a su relación con el escritor y político peruano. 

Sin duda este 2022 está siendo un año complicado tanto para Preysler como para su hija Tamara Falcó. Las dos han protagonizado unas rupturas dolorosas y públicas. En el caso de Falcó las infidelidades han sido el motivo de separación de su prometido Iñigo Onieva y en el caso de su madre, la ruptura se ha producido por celos. Un año en lo personal con muchos altibajos pero en lo profesional las dos se encuentran con grandes perspectivas de futuro.

El amor entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa surge en un viaje organizado por Porcelanosa, para visitar al entonces príncipe Carlos de Inglaterra en el palacio de Buckingham. Era el mes de mayo de 2015. Mario estaba separado de su mujer, Patricia Llosa, con quien había celebrado, ese año, sus bodas de oro. Isabel, por su parte, había enviudado de su marido, Miguel Boyer, en septiembre del año anterior, después de casi tres décadas de matrimonio. Y finalmente ocho años más tarde la pareja decide seguir sus caminos por separado.