Los alrededores del palacio de Liria se llenaron ayer de curiosos para seguir de cerca la entrada de invitados de una de las bodas más destacadas (que no mediáticas) del año. El enlace de Luis Martínez de Irujo con Adriana Marín Huarte congregó a lo más granado de la sociedad española; desde aristócratas hasta grandes empresarios y políticos de otros tiempos. Aunque lo más destacado de esta boda no fueron sus más de 500 invitados sino que por primera vez desde la muerte de Cayetana Martínez de Irujo todos sus hijos y nietos participaban a la vez en un acto público.

La boda se celebró en la capilla del Palacio de Liria pasada la una de la tarde y fue oficiada por el mismo sacerdote que casó a la duquesa con Alfonso Díez. El novio hizo su entrada del brazo de su madre, María Hohenlohe-Langerburg, mientras la novia, que lució un vestido de Teresa Helbig, lo hizo del brazo de su padre, José Luis Marín.

Este enlace ha servido para sacar de su burbuja al nieto mayor de Cayetana Martínez de Irujo, del que hasta ahora se conocían muy pocos datos dada su extremada discreción. Luis es el hijo mayor de Alfonso Martínez de Irujo (el segundo hijo de la duquesa y también uno de los menos conocidos de la familia) tiene 38 años y es licenciado en Derecho. También la novia ha sabido mantenerse en un discretísimo segundo plano y, a pesar de sus seis años de relación, no hay ninguna foto de ambos juntos. Adriana pertenece a la alta burguesía navarra, tiene 30 años y es licenciada en Historia del Arte.

La boda de Luis y Adriana ha sido el escenario elegido por Cayetano Martínez de Irujo para presentar en sociedad a su novia Bárbara. Cayetano fue el único que accedió al palacio de Liria en coche, ya que el resto de los invitados, entre los que se encontraban Luis Medina, Javier Fitz-James Soto, Pedro de Borbón Dos Sicilias, el hijo de José María Aznar o Marcelino Oreja, lo hicieron a pie.

La última vez que el palacio de Liria abrió sus puertas al amor fue en mayo de 2011, con la boda del hijo mayor del duque de Siruela, Jacobo Fitz James, y Asela Pérez Becerril. En aquella ocasión fue la propia duquesa de Alba la que se empeñó en que su nieto y ahijado celebrara su enlace en el palacio madrileño, el mismo escenario en el que se casaron los padres del joven en 1980 y en el que ella misma dio el sí quiero a Jesús Aguirre.