Dicen que el amor no tiene edad y buena prueba de ello son la cantidad de mujeres que en su madurez están enamorándose de hombres más jóvenes en los últimos tiempos. Ellos lo han hecho siempre, por eso no son noticia. Ahora les toca el turno a ellas. El ejemplo más reciente es el de la duquesa de Alba y Alfonso Díez, que precisamente sellarán su amor pasado mañana casándose en Sevilla. Pero Cayetana no es la única. En España, la precursora de esta moda de relacionarse con hombres mucho más jóvenes fue Marujita Díaz. Después le siguió Sara Montiel. Fuera, en Hollywood, hay muchos más casos; entre ellos, destacan los de Liz Taylor, Gina Lollobrígida y Zsa Zsa Gabor. Todas ellas se han puesto el mundo por montera y han toreado burlas y críticas anteponiendo a todo su felicidad.

Hablando de parejas con grandes diferencias de edad no podemos olvidar esta semana, en que se celebrará su esperado enlace, la compuesta por la duquesa de Alba, de 83 años, y su aún prometido, Alfonso Díez, de 58. La pareja ha superado obstáculos de toda clase, empezando por la oposición de los hijos de ella, hasta llegar a este momento en que sólo quedan dos días para que su amor triunfe.

Su relación, que se remontaba a una amistad de toda la vida, tornó a algo más hace tres años. Desde entonces, no han parado de dejarse ver en público y de viajar, una afición que ambos comparten.

La Duquesa ha llegado a repartir su herencia en vida entre sus hijos (lo hizo el pasado mes de julio), con tal de que aprobaran su unión y la dejaran casarse en paz. Afortunadamente, el amor ha triunfado sobre el dinero y el miércoles los veremos darse el 'sí quiero' en el palacio de Dueñas.

La primera en dar ejemplo a las mujeres mayores fue, a finales de los 90, Marujita Díaz. Bien entrada ya en los 80, la actriz y cantante sorprendió a todos cuando anunció que estaba enamorada de un joven cubano llamado Dinio García, de 39 años. La pareja, como no podía ser de otra manera, acabó como el rosario de la aurora. El cubano se hizo habitual de los platós de televisión y ahora se gana la vida como actor porno.

Una historia similar fue la de Sara Montiel, de 77 años, y el cubano Tony Hernández, de 39. La pareja se casó por el juzgado, también vía exclusiva, y saltando por encima del rechazo de los dos hijos de ella. Tras unos meses de matrimonio se separaron. Después comenzó todo un cruce de acusaciones entre ellos y Tony acabó regresando a Cuba.

Fuera de España, Gina Lollobrigida y su ex Javier Rigault hicieron correr ríos de tinta cuando dieron a conocer su relación en su día. La actriz de 80 años anunció, vía exclusiva, que se casaba con el empresario catalán de 46, pero al final acabaron anulando su compromiso. A él se le ha visto en los últimos meses con otras mujeres, curiosamente siempre mayores y pudientes. Una de esta lista bien nutrida ha sido Carmen Lomana.

Hollywood, desde luego, tiene un espíritu más abierto en cuanto a este tipo de relaciones de mujeres mayores con varones jóvenes, pese a que, desgraciadamente, casi siempre acaban en separación.

Elizabeth Taylor, cuando ya superaba la setentena, se enamoró y se casó con Larry Fortensky,un obrero cuarentón fascinado por el nivel de vida y popularidad de la antaño diva de la meca del cine. Tras cinco años de matrimonio se acabaron separando también. Larry, 30 años más joven que Elizabeth, se convirtió en el octavo y último marido de la actriz.

Zsa Zsa Gabor es la única que supera a Taylor en el número de matrimonios: nueve veces se casó y otras tantas se separó. Con su último esposo, el aristócrata Frederic von Anhalt, encontró definitivamente la estabilidad pues lleva casada con él desde 1986, 25 años en los que la pareja ha hecho alarde constantamente de lo unidos que se encuentran y del profundo amor que se profesan. Todo ello a pesar de la diferencia de edad que les separa, pues ella tiene 94 años en la actualidad (y un estado de salud cada vez más deteriorado por la edad) y él 67.

Esperemos que el matrimonio de la duquesa de Alba responda a este último prototipo y que junto a Alfonso Díez Cayetana viva los momentos más felices de su vida, como ha dicho de su marido Zsa Zsa Gabor hace poco.