Como anillo al dedo

Por lo engorrosos que resultan a veces, los anillos en muchas ocasiones se quedan guardados en los cajones y , a pesar de que el día de su compra eran los objetos más deseados, pasan a mejor vida. Para evitar que esto ocurra, sólo hay que dar con la tecla de la sortija adecuada y colocársela en la mano con la que menos cosas se hagan. Una vez se ha conseguido averiguar la mano en la que se colocará el anillo todo es coser y cantar.

Las falanges, sin tener necesidad de ser cubiertas por ningún tipo de prenda, a veces piden a gritos que sobre ella se coloque algún complemento. Por eso, los anillos son unos accesorios ideales para darle protagonismo a esta parte del cuerpo que tiende a olvidarse con facilidad. Ahora que las manos están morenas y que casi ni es necesario llevar las uñas en un color llamativo, colocarse un buen anillo o tirar de alguna alianza que sea tendencia esta temporada es una elección clave para que cualquier mujer deje claro cuál es su personalidad.