Los 40 años de Mette-Marit
La princesa de Noruega tiene motivos para estar feliz: a punto de entrar en los cuarenta, también puede celebrar junto a su esposo Haakon que ya es considerada una de las más elegantes
Dicen que después de la tormenta siempre llega la calma, y en la Casa Real de Noruega este dicho no puede ser más cierto. La princesa consorte Mette-Marit cumple 40 años al lado de su esposo, el príncipe y futuro heredero Haakon, rodeada de una familia feliz y una opinión pública que la respeta y la considera una mujer elegante que ha sabido adaptarse perfectamente a la vida en la corte. La controversia que causó su entrada a la casa real, el hecho de que tuviera un hijo de una relación anterior y que perteneciera a una familia sin ascendencia noble no le hicieron fácil los primeros años de relación con su actual esposo, que incluso pudo haber renunciado al trono por ella. Sin embargo, la sonrisa espléndida que hoy se pone delante de las cámaras demuestra que el tiempo ha sabido recompensar sus esfuerzos.
Su consideración social no ha sido lo único que ha cambiado en estos últimos años. También lo ha hecho su estilo, más regio que antes, que ha hecho que la opinión de la prensa, que no la tildaba precisamente de ser una de las más elegantes, cambie por completo. Para sus últimos atuendos, la princesa ha elegido sencillos vestidos de manga corta en diferentes cortes y colores, normalmente ceñidos a la cintura, que resaltan su bonita figura.
Su elegancia aparece ya consolidada bajo la mirada internacional, e incluso algunas revistas femeninas comienzan a considerarla una de las bellezas reales con más peso, comparándola con la reina Rania de Jordania, famosa también por su estilo sofisticado y su evidente belleza. Además, el año pasado demostró que la moda puede combinarse con la solidaridad cuando puso a la venta en Internet su amplio fondo de armario para conseguir beneficios y donarlos a una ONG. ¿El objetivo? Reciclar y recortar el presupuesto dedicado al guardarropa, algo tan necesario en estos tiempos que corren.
El príncipe cumplió los 40 el pasado sábado y la princesa lo hará el próximo 19 de agosto, y han decidido festejarlo por todo lo alto. Para él, una fiesta en el Palacio de Skaugum, residencia real de la familia, a la que están invitadas 220 personas y que ha sido cuidadosamente organizada por Mette-Marit y sus hijos, quienes han decidido que los invitados, excepto los reyes de Noruega, se alojen en tiendas de campaña en los jardines del Palacio. La música será un componente principal de la velada, y el evento recordará a un festival de rock como aquél en el que Mette-Marit y el príncipe Haakon se conocieron a finales de los noventa.
Para ella, una ceremonia religiosa al aire libre con 350 invitados que tendrá lugar en el Parque de la Reina y que estará abierta al público. Son dos celebraciones muy distintas, pero en ambas se deja ver que los príncipes no viven alejados de la realidad y la gente de a pie, sino todo lo contrario. De hecho, Mette-Marit es ya toda una experta en redes sociales, e incluso anunció mediante Twitter el nacimiento de los cachorritos de su mascota adjuntando una foto de uno de ellos sobre el vientre de su hija.
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