"He aprendido a amar sin pedir nada a cambio"
Vicky Martín Berrocal. Diseñadora
No le pesan "ni los años ni los kilos" a la sevillana, que con 42 recién cumplidos confiesa vivir en una nube. "La vida me trata bien", dice.
"¿Sabes cuando notas que todo encaja? Pues así me siento". Vicky Martín Berrocal (Sevilla, 1973) habla serena, con la mirada brillante y segura ante las preguntas de los periodistas en la presentación de una edición limitada de seis vestidos de cocktail que ha diseñado para Violeta by Mango, de la que también es imagen desde hace un año. Son ya casi dos décadas en el papel couché, tiene tablas, se le nota. Fue en 1997 cuando su relación con Manuel Díaz 'El Cordobés' la hizo conocida. De eso ha llovido mucho, demasiado. "Hay mucha diferencia entre los 24 y los 42 que tengo ahora", comenta. Actualmente, convertida en una flamante diseñadora y sobre todo volcada en su faceta como madre de una adolescente -Alba, fruto de su matrimonio con el torero- la andaluza asegura "vivir en una nube". "La vida me ha tratado demasiado bien", confiesa, "aunque también he tenido que aprender mucho". Martín Berrocal se define como una mujer rotunda y rebelde, aunque la palabra que mejor la define es natural. Y sensible. Y sincera. Vicky es Vicky, sin dobleces, ni letra pequeña.
-Acaba de cumplir 42, ¿cómo se lleva sumar años?
-Pues se lleva bien, ojalá pudiese cumplir mil. Me gusta cumplir años, soy feliz. Para mí, el día de mi cumpleaños, es uno de los días más grandes del año.
-¿Pesan más los años o los kilos?
-A ver un kilo pesa un kilo (ríe). Ya en serio, es mucho más importante como lo lleves tú y la actitud que tengas ante la vida. No pesa ni una cosa ni la otra, y ojalá que cuando cumpla 40 más sigan sin pesar.
-V in V para Violeta by Mango es su colección...
-Me hace feliz poder diseñar para todas las mujeres. Llevar mi estilo a una firma que está a la mano de todo el mundo, es un sueño. Algo que no he podido conseguir por mí misma, los precios de mi firma se me disparan.
-¿Se lo imaginaba hace diez años?
No, no, no. Qué disparate. Ni hace diez años ni dos, ¡nunca! Mango es un peso pesado y quién me iba a decir a mí que iba a tener un hueco en esta marca, con Violeta en 18 países. Una colección mía colgada en las tiendas de Mango, ¡es un despropósito! Mi década en la moda está siendo una explosión de fuegos, no puedo estar recibiendo más regalos a nivel profesional.
-Es una mujer que no esconde sus curvas, es más le gusta lucirlas sin photoshop.
-Sí, es más tengo una especie de guerra contra el photoshop. Es mi lucha en cada sesión de fotos, quiero que me dejen como soy. No hay que confundir, que luego está el día a día y la calle habla por sí sola.
-La gente aún se sigue asustando de las tallas grandes…
-Sí, y me parece tan sorprendente como que se lleven las manos a la cabeza por tener buena relación con un ex.
-El concepto de la moda está cambiando con el auge de nuevas marcas que están apostando por las mujeres reales y con curvas. Buena noticia, ¿no?
-Sí, y ¡olé! Efectivamente está cambiando pero debería llevar un ritmo más acelerado. Debería cambiar pero con un vuelco total. No hace sentir bien a la mujer, a la real que no vive de la moda, ver en las pasarelas esas tallas 34, que las modelos tienen que tener para vivir profesionalmente de ello. La mayoría de las mujeres no desfilan, ni son modelos de alta costura.
-¿Las modelos plus size tienen más inconvenientes respecto a otras tops?
-Está claro que es más complicado para ellas. No hay muchas marcas que apuesten por una mujer real, y me indigna porque al final lo importante es levantarte por la mañana y decir ante el espejo: "ésta es la mujer que soy, me quiero y tiro p'alante".
-¿Cómo definiría su forma de hacer moda en una palabra?
-Rotunda. Soy una mujer de excesos, que sabe lo que le gusta y eso es lo que quiero y lo que defiendo. No me intentes convencer de que se lleva otra cosa, que por ahí no entro. Soy rebelde, no sigo la moda, sólo busco que la mujer se sienta plena. Y si alguien me ve y gira la cabeza, pues me da lo mismo.
-¿Se atrevería a diseñar una colección de ropa interior o baño?
-Me atrevo a todo, menos vestir al hombre que ni me lo planteo.
-¿Vicky es más de bikini o pieza entera?
-De pieza entera. Siempre he defendido que el invierno es mucho más elegante y que el verano saca lo peor de uno. La celulitis, los pies fuera, las estrías, los pelos se rizan, te hinchas… ¡Horror!
-¿Ha tenido complejos alguna vez?
-¡Claro! Era una chica de 13 años y tenía una 44 larga, y te acomplejas. Lo que me pasaba a mí es que me daba lo mismo; más que complejo era rabia. Hay que pelear mucho en este mundo por todo.
-¿Se pone límites a la hora de vestir?
-Obvio, no me puedo poner todo lo que quiera. Me conozco y sé lo que me favorece y lo que no. Los límites como tal no existen, los pones tú, es una cuestión de gusto o estilo.
-Tiene una hija adolescente. ¿Le da miedo ese concepto de la delgadez?
-Mi hija come de todo, está sana y hace deporte, pero es una niña rotunda y le gusta ser así. Ella ve lo que hay en casa y ve a su madre, una mujer normal con su cuerpo, su celulitis, sus curvas… Lo que debe de tener, sin más.
-¿Le gustaría que se dedicase a la moda?
-Yo he mamado la moda desde pequeña gracias a mi madre y bueno quién sabe. Pero a ella le gusta el periodismo, de moda concretamente. Pero cada día dice una cosa. Eso sí, ella quiere desfilar para mí.
-¿La adolescencia es más complicada con una educación compartida?
-¡Qué va! Para nada. Ella está con su padre cuando corresponde, Manuel no se mete en nada ni yo. Nos llamamos, nos contamos… Alba es muy niña, tiene mucha personalidad, sabe decir no y tiene carácter. Tiene muy claro lo que no quiere y es una tranquilidad para sus padres. Manuel y yo vamos a una en ese sentido.
-Por cierto, Manuel estuvo junto a su actual mujer en su desfile de Sevilla. Fue emotivo veros juntos.
-(Se emociona). Virginia (Troconis) siempre ha estado en todos los desfiles, es una incondicional, pero Manuel era al primero que iba. Me gustó. ¿Conoces esa sensación de que todo encaja? Así me sentí.
¿Y esa sensibilidad? ¿Hay algún hombre por ahí que le hace estar especialmente emocionada? Sus mensajes en Instagram hablan por sí solos…
-Llevo con el corazón agitado un año y medio. Pero matizo. He aprendido muchas cosas, a tener actitud ante la vida, a ser paciente, a mirarlo todo con positividad y también a amar y a querer a cambio de nada. Con esto te estoy contando mi gran realidad, no tiene más allá.
-¿No es correspondida en el amor, quiere decir?
-Digo que me gusta alguien, que provoca en mí una serie de emociones y son las que me ayudan a diseñar, a crear... Pero, ¿por qué siempre hay que amar a cambio de algo? Por supuesto que buscas ese amor correspondido, no cabe la menor duda, pero tampoco es una condición para ser feliz. Es una actitud ante el amor que a mí misma me sorprende, y que no podría haber soportado con 20 años.
-¿Es difícil encontrar ese amor si siempre va en búsqueda del reflejo de su padre?
-A ver, siempre lo he dicho. Mi padre es mi hombre ideal, pero porque era enorme y eso es evidente. Era un caballero, al que admiraba, con un sentido del humor brutal, leal… Es el conjunto de cosas que busco en un hombre para mi vida. Ahora bien, el hombre que yo busco no tiene que ser una copia de él.
-¿Y cuándo Alba se eche novio? ¿Lo ha pensado? ¿Será una buena suegra?
-Depende de con quien esté (ríe). A ver, algún día se echará un novio, como yo lo hice, y todos.
-¿Nunca se ha planteado una nueva maternidad?
-Si llegase el hombre que me alborotase me lo plantearía, sin duda. El reloj biológico dice que cuando se quiere se puede.
-¿Cómo está viviendo la polémica de Anna Allen? Vistió un vestido suyo en su falso posado en la red carpe' de los Oscar. ¿Ha sabido algo de ella?
-Pasapalabra. No he hablado del tema hasta ahora y prefiero no entrar.
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