La aventura española de Ethan Hawke
Posee un nombre un tanto impronunciable pero eso no ha sido obstáculo para que haya triunfado en la gran pantalla gracias a títulos como ¡Viven!, Antes del amanecer o Gattaca. Ahí precisamente coincidiría con la que, el 1 de mayo de 1998, se convertiría en su esposa, la también intérprete Uma Thurman. Juntos formarían un fugaz matrimonio que venía precedido de rumores de desavenencias entre ambos -cuentan las "leyendas urbanas" que la desmedida ambición de ella fue la principal causa de sus distanciamientos- pero que, superándolos, se mantuvo hasta julio de 2004. Fue entonces cuando la pareja decidió poner fin a su amor, fruto del que nacieron dos hijos, Maya Ray y Levon Green, a los que se unió Clementine Jane, hermana procedente de la relación de su padre con una niñera llamada Ryan.
Es parte de la trayectoria vital de este tejano de 38 años que, tras debutar en el cine siendo apenas un quinceañero, apostó por una sólida carrera dentro de la que ha llegado a conseguir, en 2004, una candidatura al Oscar por su papel en Antes del atardecer o, en 2001, al mejor actor de reparto por su participación en Training Day. Sin embargo, las miras de Hawke van más allá y, en su empeño por mejorar, ha querido asumir el arriesgado proyecto de representar, en una extensa gira por medio mundo, una interesante aventura llamada The bridge project dirigida, además, por Sam Mendes -esposo, a su vez, de la recientemente oscarizada Kate Winslet-.
Contratada por el Teatro Español de Madrid, la compañía inicia hoy un ciclo de representaciones de dos textos distintos: El jardín de los cerezos, de Chèjov, y Cuento de invierno, de William Shakespeare. En ambos podremos ver a Ethan Hawke compaginando sus respectivos personajes con el turismo por la capital que se espere realice un apasionado tal de la escena que, ya desde su juventud, fundó grupos como Teatro Malaparte junto a su compañera de entonces, Nadia Dajani.
Ahora han cambiado las cosas y, el atractivo cabeza de familia, no puede permitirse asumir extensos compromisos que le mantengan alejado de casa pues, según ha declarado en rueda de prensa, aunque se tratasen de ofertas que le interesaran, no desea descuidar sus otras responsabilidades. "Me pierdo funciones escolares y hacer los deberes con mis niños", confesaba durante una visita que, en general, está pasando un tanto desapercibida.
Esperemos que no suceda igual cuando, el próximo mes de diciembre, le toque el turno al no menos internacional Viggo Mortensen que, teniendo como pareja a Ariadna Gil, está previsto participe en Purgatorio, de Ariel Dorfman, en la misma sala que acoge a su colega de grandes producciones. Aparte de su carisma y magnetismo, el protagonista de El capitán Alatriste cuenta con una ventaja añadida a la hora de congregar al público local y es que, su dominio del castellano, no hará necesario -como sí sucede en The bridge project- la traducción simultánea. Un ínfimo impedimento ante la ventaja que supone acercarse a un exponente de la "Generación X" que, superando altibajos personales, continúa emprendiendo retos profesionales que consolidan su demostrado talento. ¿Fecha límite para comprobarlo? El 29 de abril.
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