Pasarela

Una boda de ensueño para Mohammed Ali y Noal Shah

  • La ceremonia se celebrará el próximo 30 de agosto en el Palacio de Ciragan de Estambul

Cuando parecía que las bodas entre príncipes y princesas solo podían celebrarse en los cuentos de hadas, la noticia del enlace entre Mohamed Ali y Noal Shah nos invita a creer en estos relatos.

El próximo 30 de agosto una nueva boda principesca unirá en matrimonio a dos antiguas dinastías sin cetro en la actualidad: la de Egipto y Afganistán. Promete ser un enlace por todo lo alto (y bastante caro) para celebrar la unión entre el príncipe egipcio Mohammed Ali y la princesa afgana Noal Shah.

La pareja se conoció hace un año en Estambul y el pasado mes de abril, Mohammed y Noal se comprometieron a organizar y celebrar una ceremonia tradicional para finales de este mes. A los preparativos de la alianza acudió la familia de ambos y volverá a estar presente en la boda real. No será algo pequeño. El "sí quiero" se lo darán ante la atenta mirada del padre del novio, Fuad II, la princesa Fawzia Latifa y el príncipe Fakhr el-Din (hermanos del novio), así como la madre de la princesa Noal, la princesa Fatima Aref Begum, y su hermano, el príncipe Duran Douad Khan.

Las nupcias tendrán lugar en el Palacio de Ciragan de Estambul, situado en la costa europea del Bósforo, ante familiares y amigos. Los novios, desde que se conocieron hace un año en Estambul, están hechos el uno para el otro, y prueba de ello es que hasta el rey Fouad II está ilusionado.

Mohammed Alí nació en El Cairo y es el hijo mayor de Fuad II, último rey de Egipto. Dispone del título de Príncipe de Said y por eso es el Heredero de la dinastía Mehmet Alí. Además, el novio de Noal trabaja en el sector inmobiliario. Noal Shah nació en Roma y es nieta del último rey Zahir Shah de Afganistán y la reina Homeira. Se graduó en el Instituto Saint-Dominique de Francia y su especialidad es el diseño de joyas. La boda real del verano está muy cerca y con ella un extenso elenco de personalidades de ambas dinastías que, entre riquezas y una ceremonia de altura, espera ver el "sí quiero".

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