"Mi madre todavía sigue siendo una niña"
Celia Flores. Cantante
La hija menor de Marisol y Antonio Gades lanza 'En una calle blanca', su segundo disco. En este álbum dedica una canción a su padre y otra a su hijo.
ACelia Flores se le nota a la legua que es una buena persona. Siempre sonriente, la hija menor de Marisol y Antonio Gades, se decidió hace seis años a compartir con el público, y su propia familia, un talento para la música que, hasta entonces, casi había tenido oculto. Después de aquella aventura, esta malagueña nacida en Madrid en 1981, construyó su propia familia junto a esposo, el cantaor y guitarrista Manuel de la Curra, y su hijo, Curro, de cinco años, al que dedica el tema que, precisamente, da título a su nuevo álbum, En una calle blanca. Así, con unos sólidos cimientos personales y profesionales, la intérprete ha decidido emprender una nueva aventura musical con la que espera seguir escalando peldaños en una carrera sin prisas… pero sin pausa.
-¿Qué ha sucedido desde su anterior grabación? ¡Demasiado sin saber de usted!
-Bueno, la verdad es que tenía muchas ganas de lanzar este disco. Ha participado en él mucha gente a la que admiro y, en cuanto a las canciones, he plasmado lo que me ha sucedido en este período. Incluso te diré que hay dos temas, el que dedico a mi padre y a mi hijo, míos. Lo hemos hecho nosotros con los cinco sentidos y sin apoyo de nadie. El diseño es mío, el videoclip y las fotos de mi hermana María…
-¿Cómo se desenvuelve en su faceta de mamá con Curro?
-Muy bien. Cuando tienes un hijo se te va la vida. Todo coge la dimensión que debe tener. Lo que antes no te preocupaba, ahora sí le das valor y te llenas completamente. Él quiere ser roquero. Le llama ese estilo. Lo escucha y se pone a bailar (risas).
-Viniendo de donde viene no se le puede decir eso de "¿puede compaginar ser madre y artista?"
-Pues me apaño como puedo (risas). Como mi marido se dedica a lo mismo, o está con uno de nosotros, o está con mi madre o lo vamos solucionando sobre la marcha.
-¡Es que Celia Flores ha convertido en abuela a Marisol!
-Ella está feliz. Es una prolongación suya y es una abuela buenísima aunque tengo que confesarte que el niño hace con ella lo que le da la gana (risas).
-¿Le resulta complicado separar a la madre y a la estrella?
-No porque desde pequeña la veo como la hija que soy. Eso sí, te asombras porque te preguntas cómo ha podido hacer tanto y tan bien. A su edad aún sigue siendo una niña. Ése es su espíritu. Tuvo una gran capacidad para hacer cine, música… Sin embargo, no tengo necesidad de cantar con ella ante la gente. Cuando quiero, lo hago en casa a su lado.
-¿Entiende que, dedicándose a casi lo mismo, decidiera abandonar su arte y no dedicarse más al mundo del espectáculo?
-Es que la suya no fue ni una carrera, ni una vida normal. Se exprimió tanto que llega un punto en el que ninguna persona, ni siquiera en una vida entera trabajando, no alcanza esos límites. Es lógico y entendible que llegara el tope.
-A Antonio Gades le dedica Canción en tu honor… ¿De qué forma refleja en ella lo que supuso él para usted?
-No es una letra en la que exprese mis sentimientos porque está claro que lo amo y lo amaré siempre. Es mi visión sobre alguien muy perfeccionista que se dedicó por completo al baile. Nos enseñó que hay que aprender lo máximo posible, investigar y estudiar.
-Tiene 31 años… ¿Ha cambiado algo en su percepción de las cosas?
-Te entran ganas de exprimirlo todo. Eres más consciente de que los días y las horas se van demasiado rápido.
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