"El tiempo es asesino de los mediocres"
Moncho Borrajo El artista, que ha vuelto a los escenarios con la obra 'Golfus Hispanicus', publicará el próximo mes de diciembre la primera parte de su autobiografía.
Tiene 62 años y, a sus espaldas, una intensa vida durante la que ha demostrado de sobra sus múltiples cualidades artísticas como actor, escritor, pintor, compositor… y un largo etcétera sin final que confirma cómo Moncho Borrajo es, en pleno siglo XXI, un auténtico 'hombre del Renacimiento'. Metido de lleno en el proceso de preparación de la publicación de su autobiografía, este hombre -que puede presumir de más de trescientos premios (ninguno oficial), veinte libros, más de cien exposiciones y cuatro décadas como artista-, continúa siendo un referente teatral que, desde hace casi doce meses, representa Golfus Hispánicus, ácido retrato de una sociedad española que, tal vez más que nunca, necesita reírse y evadirse de la que es una asfixiante realidad.
-¿Cuál es su sensación respecto al público de hoy día? ¿Nos encuentra muy apagados?
-Mira, a mí me tendría que pagar la Seguridad Social (risas). A donde he ido con este espectáculo, por ejemplo, he competido con el fútbol y he llenado los teatros porque hay ganas de pasarlo bien.
-Sin embargo, decidió dejarnos durante una temporada en la que se retiró…
-Sí. Fui a cuidar a mi padre creyendo, tal y como me había organizado, que no volvería. Vendí mi casa de Madrid y me fui a Vigo y, cuando papá falleció, pensé: "¿Qué hago aquí?". Así que, con 61 tacos, regresé a trabajar.
-¿Con fecha de caducidad?
-Ninguna. Incluso ya estoy dándole vueltas a ideas nuevas. Lo único que me parece que he perdido agresividad. Hago más acupuntura. Pincho para curar. Por otro lado, no me siento viejo ni anciano y he adquirido en algunas cosas una seguridad que antes no tenía.
-¿Se ha sentido, por sus críticas, vetado en algún momento?
-Desde luego para televisión no te llaman. Si haces algo es grabado, nunca en directo. Fui dos veces a Un, dos, tres, unas diez o doce con Raffaella Carrá y poco más. Nunca con Ana Rosa. La Campos, entrevistas contadas. Y no será porque no intereso porque si con solo esas intervenciones me recuerdan… Todos han tenido programas: Los Morancos, Martes y 13, Gomaespuma… Menos yo.
-Entonces, sin tele, ni revistas, ni promoción… ¿Cómo explica el secreto de su éxito?
-El tiempo es asesino de los mediocres. Te silencian, pero no te eliminan. Si pudieran, ya me habrían metido en la cárcel por opinar a pesar de que he callado mucho. A los sensatos no les escuchan. Es más, suben el IVA a quienes pensamos. Al deporte, no. No me posiciono ni por el PSOE, ni por el PP, ni por ninguno y, claro, eso no me convierte en un personaje atractivo para los políticos. Más bien les doy miedo. Soy una especie de Pepito grillo para ellos.
-Cambiando de colectivo... Para los protagonistas de la prensa del corazón… ¿Qué es?
-Pues ni idea porque no los menciono nunca. No sé quiénes son. Ni la señora Lomana, ni los del Gran Hermano… Claro que, de vez en cuando, le echo un vistazo a Sálvame Deluxe o cosas así pero no es mi mundo.
-¿Algún plan para el verano?
-Para mí no hay verano (risas). Descansaré en septiembre unos días y punto. Esta temporada hay poco firmado, con lo que hay que aprovechar lo que salga. Por lo demás, soy 'antiplaya'. Blanco, blanco, blanco… Una "gamba cabreada", vamos (risas).
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