Industria y energía

Los grandes proyectos aeronáuticos de Andalucía retrasan su despegue

  • El ejercicio comenzaba con signos positivos sobre el primer vuelo del avión militar de EADS que se ensambla en Sevilla, el A400M, y con la inminente conversión de Sacesa en una compañía aeronáutica de primer nivel. Al cierre de 2008 ninguna de las dos gestas se habían conseguido.

En aeronáutica, las cosas van lentas, muy lentas. Y 2008 ha sido el año de los retrasos en todos y cada uno de los proyectos de calado para Andalucía. Si bien el ejercicio comenzaba con signos positivos sobre el primer vuelo del avión militar de EADS que se ensambla en Sevilla, el A400M, y con la inminente conversión de Sacesa en una compañía aeronáutica de primer nivel, todo fue un espejismo, puesto que al cierre de 2008 ninguna de las dos gestas se habían conseguido. El superjumbo de Airbus, el A380, también provocó dolores de cabeza a la comunidad.

Vayamos por partes. El A400M dio una de cal y otra de arena. Su bautismo mundial en junio, con un padrino de excepción, el Rey Don Juan Carlos, convirtió a Sevilla en el epicentro de la aeronáutica internacional. Sin embargo, la euforia duró poco, ya que los directivos de EADS advirtieron de lo poco realista e irrepetible del proyecto, cuyos problemas habían acarreado 1.700 millones de pérdidas al constructor.

La complejidad del motor estaba detrás de los escollos. Si el calendario inicial marcaba que el avión volaría en la primavera de 2008, el hito se retrasó al verano, al otoño, a diciembre y, finalmente, se aparcó sine díe. Esto significaba que las primeras entregas, previstas para octubre de 2009, se retrasarían al menos hasta 2012, lo que supuso un fuerte golpe a las expectativas de los países clientes y de la industria auxiliar andaluza.

Con respecto a Sacesa, la operación también se fue complicando a medida que avanzaban los meses, pese al gran espaldarazo que supuso la adjudicación de un contrato de 1.000 millones de euros para fabricar la panza del nuevo avión civil de Airbus, el A350. Y es que la ampliación de capital de la firma no lograba cerrarse. La entrada de la catalana Ficosa, junto a la vasca Alcor, que iban a absorber el 51 por ciento del accionariado de la joya de la aeronáutica andaluza se paralizaba. El grupo catalán, azotado por la crisis del automóvil y la crisis financiera internacional, se vio incapaz de encontrar liquidez para hacer frente al desembolso que requería el proyecto.

En su rescate salieron tres entidades andaluzas y dos catalanas, Unicaja, Cajasol, el BEF, Caixa Catalunya y el ICF, pero las presiones de Airbus para que arrancasen los trabajos en torno al A350, obligaron a la Junta a sacar de nuevo la cartera y anunciar un mayor peso de IDEA, su brazo inversor, en la compañía. A cierre de 2008, aún no se había constituido Alestis, nombre con el que nacerá la nueva compañía.

Por último, el avión gigante de Airbus, el A380, también provocó tensiones en Andalucía. En mayo se anunció el enésimo retraso en las entregas del superjumbo y, unos meses más tarde, en diciembre, la planta de Puerto Real (Cádiz) aplicó un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE), que mandó a casa a 155 empleados durante 16 días ante el excesivo stock de piezas en la factoría.

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