Accidente mortal en el centro hospitalario

La Policía no puede recuperar los datos del ascensor del hospital de Valme donde murió una joven

  • Los investigadores explican que no se han podido extraer los datos de la memoria RAM del ascensor, porque la información se pierde una vez que se desconecta de la red eléctrica.

Acceso principal al Hospital de Valme.

Acceso principal al Hospital de Valme. / D. S.

La Policía Nacional ha confirmado que no se pueden recuperar los datos del ascensor del Hospital de Valme donde el 20 de agosto de 2017 se produjo la muerte la joven Rocío Cortés Núñez, al quedar atrapada en uno de los ascensores.

La juez de Instrucción número 1 de Sevilla, Elvira Alberola, que investiga este suceso, encargó al laboratorio de la Policía Científica de Madrid que trate de recuperar los datos de la CPU del ascensor donde se produjo el accidente, que no aparecieron cuando se investigó el aparato a pesar de que él mismo cuenta con una batería auxiliar.

Tras analizar la memoria RAM de dicha CPU, el jefe de la Sección de Ingeniería e Informática Forense de la Comisaría General de Policía Científica ha remitido un oficio al juzgado, en el que da cuenta de que, tras haber revisado los esquemas de la placa instalada como sistema de control del ascensor -que fueron facilitados por la empresa Orona-, "no se ha podido extraer datos de su memoria de operaciones, ya que es un tipo de memoria RAM, la cual pierde la información una vez desconectada de la red eléctrica".

La memoria, continúa el informe policial al que tuvo acceso este periódico, sería la encargadas de almacenar las instrucciones que son enviadas al sistema de control del ascensor -la CPU-, así como "anomalías detectadas en la programación y las operaciones que los usuarios activan con los pulsadores que existen para las llamadas y marcación de planta". 

La acusación particular confiaba en que se recuperaran esos datos, lo que permitiría saber el “tipo de avería del ascensor" y lo que habría pasado en los momentos posteriores, posibilitando “reconstruir” los hechos que se sucedieron, dado que toda maniobra del ascensor queda registrada en la CPU.

En esta causa hay actualmente dos investigados, el ascensorista que estaba de servicio y el celador que empujaba la camilla. La Policía realizó un informe inicial en el que atribuyó lo ocurrido a un "fallo humano", sospechando que el ascensorista pudo "manipular el freno de mano" sin adoptar las medidas de seguridad.

En su declaración como investigado, en enero de 2018, el ascensorista del Hospital de Valme que estaba trabajando cuando el 20 de agosto de 2017 defendió que no tuvo ninguna “intervención o manipulación” en el aparato que determinara el trágico suceso, si bien los peritos de la empresa Atisae, que han elaborado un informe técnico por encargo de la Delegación de Industria, descartaron que el ascensor tuviera ningún tipo de problema técnico que incidiera en el suceso y han atribuido lo ocurrido a un “fallo humano”.

Por su parte, el celador que llevaba la camilla en el momento en el que la joven Rocío Cortés reconoció en septiembre de 2018 que intentó abrir las puertas del ascensor con sus propias manos.

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