Condenan a dos adolescentes a siete años de internamiento por el caso del doble asesinato de un padre y su hijo en las Tres Mil Viviendas

El Juzgado de Menores número 1 de Sevilla ha impuesto la medida de siete años de internamiento en régimen cerrado a dos adolescentes como corresponsables, junto a otros adultos que aún deben ser enjuiciados, de la muerte de dos varones, un padre y su hijo. El suceso ocurrió en junio de 2024 en el Polígono Sur. Así lo establece la sentencia dictada tras la conformidad mostrada por los dos jóvenes y sus abogados con el escrito de alegaciones de la Fiscalía y de la acusación particular. Los asesinos tenían 17 y 16 años cuando participaron en este impactante crimen cuyo origen fue una reyerta por asuntos sentimentales.

En la sentencia de conformidad, dictada el pasado 25 de febrero, el Juzgado impone a A., como autor de un delito de asesinato, de un delito intentado de asesinato y de un delito de lesiones con instrumento peligroso, la medida de siete años de internamiento en régimen cerrado y cinco años de libertad vigilada con asistencia educativa. Esta última medida conlleva la prohibición de comunicar y acercarse a menos de 300 metros de la familia de una de las víctimas. El menor S., por su parte, es condenado como autor de un asesinato y un intento de asesinato a la medida de siete años de internamiento en régimen cerrado y cuatro años de libertad vigilada con asistencia educativa, con la misma prohibición de comunicar y acercarse a menos de 300 metros de la familia de uno de los fallecidos.

Ambos menores, conjunta y solidariamente con sus padres, deberán abonar un total de 1.051.135,60 euros para indemnizar a las familias de las dos víctimas: son 797.629,69 euros para la viuda, los hijos, los hermanos y la madre de Isra; y 250.556,52 euros para la madre, los hermanos y los abuelos de Manuel. Así consta en la sentencia, facilitada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). De todas formas, las madres de estos jóvenes ya se declararon insolventes en el mismo juzgado.

La celebración del acto de la audiencia por estos hechos estaba fijada para finales de febrero, pero con carácter previo a la práctica de la prueba, el Ministerio Público y la acusación particular modificaron sus escritos iniciales de alegaciones y rebajaron las penas que solicitaban al principio, tras lo cual los menores manifestaron ser los autores de los hechos que se les imputan y mostraron su conformidad con la medida solicitada por las acusaciones.

Un atropello y diez puñaladas

La sentencia declara probado por conformidad de las partes que fue en la madrugada del 3 de junio de 2024 cuando los dos jóvenes, junto con otros adultos contra las que no se sigue este concreto procedimiento pero sí otro que en teoría acabará en un juicio con jurado popular, se dirigieron desde Palmete a las Tres Mil Viviendas, a la calle Victoria Domínguez Cerrato, donde vivía la hermana de uno de los adolescentes. Ya había "previas desavenencias familiares" entre esa hermana y la familia de su pareja y además había hecho “llamadas de auxilio pidiendo ayuda”. El vehículo donde iban todos era conducido por el padre de uno de los menores.

“Una vez llegados a las inmediaciones del domicilio”, lo primero que hicieron fue atropellar a la primera víctima, Isra, que "sufrió fractura de la tibia". Esa lesión "lo dejó inmovilizado en el suelo y sin posibilidad de desplazamiento ni de defensa”. “Al ver esto", familiares de ese hombre realizaron "varios disparos hacia el vehículo” que lo había atropellado. Su conductor paró entonces y los dos menores, "junto con otros mayores", se fueron a por el herido, que "continuaba con vida" pero "tirado en el suelo, inmovilizado y sin posibilidad de defensa". Los menores y los adultos "simultáneamente comenzaron a golpear y apuñalar” a esta víctima.

Como consecuencia de esta agresión, el varón agredido sufrió varias heridas de arma blanca de carácter superficial, hematomas por todo el cuerpo compatibles con el atropello y, sobre todo, heridas por arma de fuego que fueron la causa determinante de su muerte porque afectaron a distintos órganos, algunos de ellos vitales. La sentencia no atribuye la producción de estas heridas mortales a los menores, pero sí establece que participaron en la agresión, de ahí el castigo por la tentativa de asesinato.

A continuación, según la sentencia, la hija de este hombre trató de evitar la agresión e intentó protegerlo. En ese momento, el menor A. le clavó una navaja en la cabeza, de ahí su condena por el delito de lesiones con instrumento peligroso.

Acto seguido, los dos menores y los mayores que los acompañaban se dirigieron contra Manuel, el hijo de Isra, que se encontraba a pocos metros, y “con la intención de acabar con su vida lo obligaron a ponerse de rodillas”. Así, “mientras unos lo sujetaban por los brazos y la cabeza impidiendo que pudiera defenderse", otros "le asestaron diez puñaladas por todo el cuerpo". El agredido intentó desplazarse “como pudo” hasta la tapia de unas vías del tren. Allí fue encontrado más tarde por la Policía, que lo trasladó al hospital Virgen del Rocío, donde finalmente falleció.