Negligencia sanitaria

Juicio a la enfermera de la inyección mortal: de petición de cárcel a pena menor

  • La aseguradora sanitaria abonará 194.000 euros a la familia

  • La acusación retiró su petición de cuatro años de cárcel

El abogado Francisco Javier Garoña conversa con la viuda, Isabel López, y sus dos hijas

El abogado Francisco Javier Garoña conversa con la viuda, Isabel López, y sus dos hijas

El fiscal y la acusación particular retiraron este miércoles sus peticiones de cárcel para una enfermera acusada de homicidio imprudente por inyectar a un paciente una dosis equivocada de cloruro potásico. El juicio no llegó a celebrarse en el juzgado penal 2 y todas las partes aceptaron una condena para la enfermera de 18 meses de multa con cuota diaria de 12 euros (6.480 euros), así como una indemnización de 194.000 euros a la viuda y dos hijas del fallecido, que abonará la aseguradora sanitaria.

Los hechos ocurrieron el 6 de septiembre de 2016 en el hospital Virgen Macarena, cuando el paciente José Luis Carballar Crespo, que había sido sometido unos días antes a una operación intestinal leve, recibió una dosis de cloruro potásico no diluido adecuadamente que le inyectó la acusada M.E.G.P. 

El enfermo entró en parada cardiorespirartoria de la que falleció a los pocos minutos pese a los intentos de reanimación del personal médico.

El abogado de la familia, Francisco Javier Garoña, explicó a los periodistas que la familia aceptó esta conformidad para “evitar más dolor”. En virtud del acuerdo, la acusación particular retiró sus anteriores peticiones de cuatro años de cárcel y tres de inhabilitación profesional. El fiscal, por su parte, solicitaba tres años de prisión. El juicio iba a celebrarse a lo largo de tres días.

Raquel Carballar, una de las dos hijas del fallecido, declaró a los periodistas que la muerte de su padre sirvió al menos para que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) cambiase su protocolo para estos casos en los hospitales de Sevilla, con doble control por parte de los profesionales y sin dejar las dosis junto al resto de medicamentos. “Al menos servirá para que haya menos posibilidades de que se repita”, indicó.

La familia del fallecido agradeció que el fiscal del caso, Carlos Alonso Ródenas, saliese de la sala de vistas para explicarles personalmente el acuerdo alcanzado. En su opinión, esta actitud contrasta con la que apreciaron en el SAS, del que “solo recibimos un trato desagradable, sin ninguna empatía ni humanidad. Una disculpa nos habría quitado una parte de la pena interna que teníamos”, según Raquel.

Raquel Carballar recordó que fue la esposa del compañero de habitación quien tuvo que pedir una tila para su madre y lamentó que al principio la administración rechazase cualquier comportamiento imprudente e incluso les negó la posibilidad de hacer una segunda autopsia.

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