Tentativa de homicidio

Condenado a dos años de cárcel por intentar matar a su socio en un lavadero de coches con un bate de béisbol y un cuchillo

  • El acusado, que le reclamaba que le devolviera 2.000 euros, se exponía a penas de entre trece y siete años de prisión pero su abogada negoció un acuerdo muy beneficioso con la fiscal y el letrado de la víctima

  • La víctima se salvó porque, al ser invierno y hacer frío, llevaba puesto un chaquetón tan grueso que amortiguó el impacto de las puñaladas

  • Condenado a seis años de cárcel por violar a una mujer en una chabola de la Cartuja

El suceso ocurrió en esta zona de la avenida Alcalde Manuel del Valle.

El suceso ocurrió en esta zona de la avenida Alcalde Manuel del Valle. / M.G.

Un joven que intentó matar a su socio en un negocio de lavado de coches con un bate de béisbol y un cuchillo "de grandes dimensiones", y todo por reclamarle 2.000 euros, ha aceptado este miércoles en la Audiencia de Sevilla una pena de dos años de cárcel. El acusado se ha beneficiado del gran trabajo de su abogada, que le ha conseguido un acuerdo más que positivo, y de la generosidad de las acusaciones, que rebajaron sus peticiones iniciales de condena, de entre trece y siete años. Ahora, si no comete más delitos y dedica 150 días a trabajos sociales, Jonathan C.G. ni siquiera tendrá que cumplir los dos años de reclusión.

Los hechos ocurrieron el 10 de diciembre de 2020 al mediodía. El encausado, de 29 años entonces y ya con antecedentes penales, acudió a buscar a su socio en el negocio que compartían en la calle Malva, junto a la avenida Alcalde Manuel del Valle, para reclamarle  que le devolviera 2.000 euros que él había invertido en la empresa. Comoquiera que la víctima se negó, el encausado "comenzó a ponerse agresivo" y empezó un forcejeo en el transcurso del cual le dijo "el dinero lo voy a tener hoy como sea". Así consta en el escrito de la Fiscalía y así lo ha admitido el procesado ante el tribunal, ya que ha reconocido los hechos.

Tras ese primer rifirrafe, Jonathan se marchó. Regresó poco después armado con el bate de béisbol y el cuchillo. Con el primer objeto intentó golpear a su socio en la cabeza "con la intención de acabar con su vida". De hecho, le dijo "ahora te voy a matar". El otro joven interceptó el golpe con un brazo. Lo que no pudo repeler fue la segunda parte de la agresión, ya con el arma blanca. El atacante "se la clavó en varias ocasiones por la espalda", pero por suerte para la víctima era invierno, hacía frío y el "grueso chaquetón" que llevaba puesto amortiguó la gravedad de las cuchilladas y evitó que la hoja del cuchillo, aunque llegó a atravesar su piel, le causara heridas mortales. El socio cayó acto seguido al suelo y el acusado se marchó de allí "sin prestarle asistencia".

Como consecuencia de este hecho, la víctima sufrió heridas inciso-punzantes en la espalda, el costado derecho y un dedo de la mano diestra, un "pequeño" neumotórax y un "mínimo" derrame pleural. Tuvo que ser operado y tardó 40 días en curarse de todas las lesiones.

El procesado no volverá a la cárcel si no delinque en cuatro años y realiza 150 días de trabajos en beneficio de la comunidad

Jonathan C.G., que estuvo en prisión provisional desde el 30 de diciembre de 2020 al 15 de abril de 2021, se exponía a una pena de hasta trece años de cárcel porque esa es la condena que solicitó inicialmente su socio por un delito de intento de asesinato. La Fiscalía calificó los hechos como tentativa de homicidio y reclamó siete años de prisión. Tras las negociaciones entre su letrada, Esperanza Lozano, la fiscal y el abogado de la acusación particular, Manuel Manzaneque, todas las partes acordaron que se trataba de este último delito y pactaron un castigo de dos años al incluir las atenuantes de drogadicción y reparación del daño.

La primera de ellas se basa en que Jonathan C.G. es "consumidor de larga duración" y en el momento del ataque tenía sus facultades mermadas como consecuencia de su adicción. La segunda está directamente relacionada con que el acusado abonó 9.000 euros antes del juicio para indemnizar a su exsocio y consignó otros 6.000 para acabar de satisfacer su responsabilidad civil, cifrada por tanto en un total de 15.000 euros.

Tras recoger la conformidad de todas las partes, la Sección Cuarta ha dictado sentencia firme en la misma sala y ha impuesto al encausado los dos años de reclusión y la prohibición de acercarse a menos de 500 metros del otro joven y comunicarse con él durante cinco años. Después, a petición de la defensa e igualmente con el beneplácito de las acusaciones, ha acordado suspender la ejecución de la pena de cárcel durante cuatro años. Por tanto, Jonathan C.G. no tendrá que ingresar en ningún centro penitenciario siempre que satisfaga dos condiciones: no cometer ningún delito en esos cuatro años y realizar 150 jornadas de trabajo en beneficio de la comunidad. Si incumple alguna de las dos, irá de cabeza a prisión.

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