Sentencia

Veintiún meses de cárcel por acosar a su vecina en Coria, entrar en su casa y abusar de ella mientras dormía

El caso iba a ser juzgado por el Tribunal del Jurado de la Audiencia de Sevilla.

El caso iba a ser juzgado por el Tribunal del Jurado de la Audiencia de Sevilla. / juan carlos muñoz

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a veintiún meses de cárcel a un hombre que abusó sexualmente, acosó y allanó la vivienda de su vecina en Coria del Río. Además de dejarle "notas soeces" bajo la puerta, una madrugada llegó a entrar en su casa sin el permiso de la víctima y se masturbó mientras ella estaba dormida en el salón. Los hechos iban a ser enjuiciados por un jurado popular, pero la vista oral no se celebrará finalmente tras el acuerdo alcanzado entre la Fiscalía, la acusación particular ejercida por la víctima, el abogado de la defensa y el propio condenado.

De acuerdo con esta conformidad, Manuel C.M. ha sido condenado a un año de prisión, tres años de libertad vigilada y la prohibición de comunicarse o aproximarse a menos de cien metros de la víctima durante dos años por un delito de abuso sexual; a seis meses de cárcel y la prohibición de comunicarse o aproximarse a menos de cien metros de la víctima durante un año y medio por un delito de allanamiento de morada; y a tres meses de prisión y la prohibición de comunicarse o aproximarse a menos de cien metros de la víctima durante un plazo de un año y tres meses por el delito de acoso.

En concepto de responsabilidad civil, el encausado deberá indemnizar a la víctima con 6.000 euros por daño moral y con 240 euros por los daños materiales que causó en su vivienda, según ha informado la oficina de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

La Audiencia considera probado que desde antes del verano de 2019 hasta el 30 de septiembre de 2020, el acusado se situaba “frecuentemente” en el porche y en la azotea de su casa y se quedaba mirando “durante largos periodos de tiempo” al domicilio de la víctima “a fin de observarla”, algo de lo que tanto ella como su hija se percataban.

También dejaba a su vecina notas manuscritas “soeces” por debajo de su puerta con distintos mensajes, todo lo cual llevó a la víctima a un estado de nerviosismo permanente y a ver perturbada su tranquilidad y su estado emocional.

El acusado también solía apostarse en el porche y la azotea de su casa para "observar" a la mujer y a su hija

Sobre la 1.25 de la madrugada del 30 de septiembre de 2020, el acusado se dirigió al domicilio de la víctima y de su hija, donde se encontraban ambas, y se introdujo “subrepticiamente” en el inmueble saltando para ello el muro del patio trasero de la vivienda, de dos metros de altura. También apalancó la puerta de aluminio que daba acceso desde el patio interior, con lo en su cerradura sufrió desperfectos que han sido tasados pericialmente en 60 euros, y todo ello “a sabiendas de que no contaba con el permiso de las moradoras” de la vivienda.

Una vez dentro, deambuló por el domicilio y, tras observar que la víctima se había quedado dormida en el sofá del salón, se situó en la puerta de esa estancia y "comenzó a masturbarse mientras la observaba”. Sobre las 2.30 horas, “con la intención de satisfacer sus deseos lúbricos y aprovechando que seguía dormida, se descalzó, entró en el salón y le acarició suavemente en una pierna” hasta que la mujer “se percató del roce y comenzó a gritar”.

En ese momento, el acusado huyó “apresuradamente” por el patio trasero de la casa, saltó al exterior por su muro y en su huida dañó una barbacoa. Fue localizado poco después por la Policía en un descampado situado en la parte trasera de las viviendas, escondido entre la maleza.

Como consecuencia de estos hechos, la víctima presenta un trastorno por estrés postraumático con síntomas de ansiedad, pesadillas, hiperactivación y reexperimentación.

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