El Derecho Minero es una rama minoritaria que, sin embargo, toca todas las materias del Derecho, sus clientes crean miles de puestos de trabajo y están “muy interesados en la aplicación correcta de la ley”, según Eduardo Olarte, responsable en uno de los bufetes sevillanos especializados en minería.

“Es un sector muy pequeño donde nos conocemos todos: geólogos, ingenieros de minas, inversores y abogados. El que va de listillo e intenta engañar a alguien, no vuelve a trabajar”, afirma Olarte en una entrevista con Diario de Sevilla.

El bufete León Olarte lleva en la actualidad once proyectos mineros, principalmente en Andalucía pero también en Extremadura y Castilla y León. 

Explica Olarte que un bufete especializado se ocupa de todas las fases de un proyecto minero: búsqueda de financiación e inversores, contratos laborales y de almacenamiento, trámites administrativos, estudios de riesgo y una hipotética causa penal por vertidos. También controlan la cotización de los minerales. “Todo nuestro trabajo está encaminado a minimizar los riesgos”, afirma. Y añade: “Es un área compleja en la que involucras todas las materias del Derecho para que todas se desplacen en una misma dirección”. 

Abarcan un abanico de explotaciones tales como minería metálica, canteras, aguas subterráneas, aguas termales, gas e hidrocarburos. Desde 2004, una parte importante de su trabajo se centra en la búsqueda de nuevos yacimientos.

 Según Olarte, es un sector muy especializado que “no se estudia en ninguna de las 25 asignaturas de la carrera, aparte de una pequeña explicación del Código Civil sobre la propiedad de los minerales”. 

En España, casi todos los grandes bufetes tienen una sección de Derecho Minero, integrada en la de Derecho Administrativo. En su caso, se especializó a partir de 1999, cuando empezó a ocuparse del ERE de Minas de Almagrera en Huelva.

¿Hay riesgo de que se repita el vertido de Aznalcóllar? Olarte responde que en España la normativa es muy estricta. “A nadie le gusta tener una explotación en el patio de su casa y es  difícil conjugar los dos intereses en conflicto: tener minas y que sean compatibles con el resto de actividades que la rodean. Pero hoy en día las cosas se hacen bien y nosotros protegemos al cliente con una aplicación correcta de la ley” .

Las minas más codiciadas están ahora en África y en minerales nuevos como el coltán pero Olarte habla con reservas de invertir en estos países: “Hay algunos que no controlan sus estructuras de gobierno y existe el riesgo de que de un día para otro te quiten la concesión. Además es una actividad sin regular, funciona con lo que llaman minería artesanal, donde cualquier se pone a buscar y se basa en aspectos tribales. En estos países necesitas la protección del Estado”.

También son países donde se dan casos de corrupción “y hoy en día los inversores están muy mentalizados para no pagar sobornos, fiscalizar todo el dinero y cumplir las medidas ambientales”, entiende Olarte.

Sobre la situación en España, cree que sería necesaria una nueva Ley de Minas “porque la que tenemos es de 1973, aunque es moderna y cubre todos los aspectos. Ha habido tres o cuatro intentos pero es un tema que no da rédito político”. “También falta un servicio común geológico-minero”, entiende.