Estafa piramidal

Unos timadores con “ingenio y desparpajo” para estafar a 50.000 personas

  • Ocho de los 22 acusados son de Sevilla, entre ellos tres hermanas y el marido de una de ellas

  • Estafaron 50 millones de dólares con criptomonedas por todo el mundo

"Futuros millonarios" muestran el cheque recibido en un evento de 2013

"Futuros millonarios" muestran el cheque recibido en un evento de 2013

La Fiscalía de la Audiencia Nacional pedirá en septiembre condenas de hasta 11 años y medio de cárcel para 22 acusados -ocho de ellos residentes en Sevilla- que van a ser juzgados por una de las mayores estafas piramidales internacionales: nada menos que 50.000 personas que compraron sus packs creyendo que era posible obtener beneficios desorbitados en poco tiempo.

José Manuel R.M. y su pareja Pilar O.S. son, según la Fiscalía, los ideólogos de la actividad delictiva de Unetenet, que anunciaban como una empresa “multinivel” pero que en realidad no vendía ningún “producto, servicio o elemento objetivo tangible”. 

La acusación destaca de ellos su “ingenio y desparpajo” porque “la única manera de recuperar la inversión era recurrir al dinero procedente del alta de nuevos socios a los que se les prometía ganar dinero por simple publicidad“.

Eran “nuevos socios/víctimas que posibilitaban que la pirámide se sostuviese”, explica el escrito de acusación de la Fiscalía al que tuvo acceso este periódico.

La investigación partió de Sevilla

La primera denuncia correspondió al juzgado de instrucción 16 de Sevilla, que lo remitió a la Audiencia Nacional en cuanto vio la dimensión global de la estafa. 

Ocho de las personas que van a ser juzgadas viven en Sevilla, entre ellas las hermanas María Dolores, María del Carmen e Inmaculada D.M. y el esposo de una de ellas. Otra es una ciudadana bielorrusa residente en Alcalá de Guadaíra, que hacía los vídeos publicitarios en ruso dirigidos a captar socios en Europa del Este.

Entre enero y septiembre de 2014, los procesados organizaron eventos promocionales en lujosos hoteles de Sevilla y María Dolores D.M., en un acto en Toledo publicado en Youtube, recibió de manos del cabecilla un cheque de enorme tamaño por importe de 50.000 dólares.

El abogado Manuel Carlos Merino Maestre, que ejerce la acusación en nombre de la mayor parte de los afectados,  describe así a otros responsables de la estafa en Sevilla: Bárbara María R.R., vecina de Gelves, se presentaba en la red social LinkedIn como “coordinadora ética de Unetenet” y Víctor Daniel T.M. cuenta con antecedentes policiales por delitos de receptación, cohecho, contra la Hacienda pública y por falsificación.

Comilonas, hoteles de super lujo y coches caros

Este abogado afirma en su calificación que José Manuel y Pilar demostraron un “ingenio y desparpajo fuera de toda duda para diseñar atrevidas estrategias de marketing” desde que empezaron su negocio en 2012 recorriendo las carreteras españolas en una autocaravana rotulada con su logotipo.

Prometían, por ejemplo, que un particular que invirtiera en un pack de 18.000 dólares podría obtener unos beneficios anuales de 67.000. Celebraban multitudinarios eventos (difundidos por YouTube) en los que entregaban cheques de grandes dimensiones y donde inversores “de la calle” explicaban su felicidad e incredulidad al hacerse ricos sin trabajar.

Mientras tanto, según las acusaciones, el dinero se blanqueaba o se guardaba a buen recaudo en cuentas de Letonia, Malta, Croacia, Liechtenstein, Eslovenia, San Vicente y las Granadinas y otros paraísos fiscales. 

Los cabecillas disfrutaban de comilonas “en restaurantes de renombre”,  mariscadas, hoteles de super lujo de Tokio a Marbella, coches de primeras marcas y  relojes caros, según las facturas que constan en la causa.

Todo ello entre una “maraña de operaciones de distracción” entre sus cuentas bancarias en las que llegaron a utilizar a la madre de José Manuel.

Cuando el sistema se derrumbó inventaron la moneda “únete”

Explica Merino Maestre que el “comienzo del declive” se produjo cuando la cuenta bancaria en Letonia fue investigada por la unidad de inteligencia financiera de aquél país al tener la “fundada sospecha de que estaba siendo utilizada para recibir elevadas cantidades de dinero fraudulentas”.

Entonces “en un nuevo alarde de ingenio” los estafadores se escudaron en un “complot del sistema bancario tradicional” y llevaron a cabo un “cambio estratégico del modelo de negocio” para lo que dijeron haber creado un “sistema económico independiente“ sustentado en una “moneda social“ a la que llamaron únete y a la que “asignaron caprichosamente el valor de un dólar norteamericano”. 

A partir de entonces, cada miembro de Unetenet podría generar únetes que los franquiciados “debían vender a terceros como única manera de recuperar su inversión inicial”. 

Aunque la Fiscalía cifra el total de estafados en 50.000 personas de todo el mundo, en su escrito recuerda que en Italia (con 22 millones de dólares) se concentra la mayor parte del fraude. Los principales afectados pagaron cantidades  entre 9.000 y 36.000 euros.

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