Coronavirus y abogados

Juan José Peña, abogado: sobrevivir al Covid y al cierre de la Justicia

  • No llevaría una reclamación por coronavirus porque su experiencia del sistema sanitario es de “excelencia”

  • “El miedo es humano pero la Justicia no puede quedarse anclada en el siglo XIX”

El abogado Juan José Peña Cortés

El abogado Juan José Peña Cortés

El abogado lebrijano Juan José Peña Cortés ha sido el tercer paciente de España que más tiempo estuvo en la UCI como consecuencia del coronavirus (58 días en la UCI y otros nueve en planta del hospital de Valme). Desde su domicilio, donde se recupera de las secuelas de la enfermedad, se plantea la segunda batalla que superar: la paralización judicial y sus efectos sobre su bufete de cuatro abogados.

“Tenemos un despacho en pleno centro de Lebrija, humilde pero eficaz”, afirma a este periódico. “Los grandes despachos se mantienen solos, pero nosotros vivimos de la persona despedida que tiene que cobrar para que nosotros cobremos”.

Es hijo del cantaor Juan Peña “El Lebrijano” pero la suya ha sido una carrera vocacional: licenciado en Derecho en 1995 por la Universidad de Sevilla, trabajó tres años con el abogado Manuel Alba, a quien considera su maestro. Durante cuatro años fue abogado del Ayuntamiento de Castilleja de la Cuesta y el 11 de septiembre de 2001, el mismo día del atentado contra las Torres Gemelas, empezó a trabajar para la aseguradora Mapfre.

Actualmente sigue compaginando los juicios para el seguro con su despacho de Lebrija, una ciudad donde “no hay mucho dinero pero problemas hay muchos”. Explica que llevan los temas “normales” de estos bufetes: divorcios, reclamaciones de cantidad, accidentes, turno de oficio y algún asunto de drogas como consecuencia del narcotráfico desde Cádiz a lo largo del Guadalquivir.

Gracias a la solidaridad de sus compañeros de despacho (José María Martínez Encinas, David Peña y Emilio Zambrana) y de Mapfre ha conseguido mantener sus casos al día y espera incorporarse con normalidad en septiembre. “He tenido suerte porque ellos me han permitido ir recuperándome pero me inquieta la situación de otros compañeros que trabajan de forma individual”, reflexiona.

Quiere romper una lanza a favor del “abogado de pueblo, que se ha visto muy afectado por la crisis”. “Entre ellos hay profesionales muy brillantes que se han quedado sin actividad pero tienen que seguir pagando los alquileres, la mutualidad y los sueldos”. Y también critica  que los turnos de oficio se paguen mucho más en Madrid, Barcelona o Vizcaya que en Sevilla.

Desde la doble perspectiva de conocer los tribunales y el coronavirus, cree que la Justicia “debe tomar medidas extraordinarias porque, mientras no se encuentre la vacuna, el peligro está ahí”. Por eso “debe prevalecer el criterio de prudencia. Los trabajadores tienen miedo y eso es humano”.

Pero ante la paralización actual, cree que el mundo judicial “debe evolucionar hacia los juicios celebrados por videoconferencia y la comunicación telemática. La Justicia no puede quedarse anclada en el siglo XIX cuando todos tenemos un ordenador en casa”.

También hace un llamamiento a la concordia: “Nadie tiene la culpa de lo que pasa, no hay que echar la culpa a otros colectivos”.

Él que ha estado al borde de la muerte y varios días en coma inducido, afirma que no llevaría una reclamación patrimonial contra la administración sanitaria por la atención durante el coronavirus. “Conmigo se volcaron al cien por cien, me mimaron, mi experiencia del sistema sanitario es de excelencia, casi diría que es lo único que funciona bien en España. Si estoy vivo es gracias a ellos”, afirma y recuerda con cariño que “incluso después de salir de la UCI venían a verme a la planta”.

Reconoce especialmente al doctor Ortega, de la UCI de Valme, que “estudiaba, llamaba por teléfono, sabía lo que se publicaba en China y en Estados Unidos”, relata.

Juan José Peña es la tercera persona con coronavirus que más tiempo permaneció en Cuidados Intensivos en España. El récord acaba de batirlo Eloy Moreno, que estuvo 90 días en una UCI de Albacete. El segundo enfermo en esa lucha por la supervivencia fue el médico malagueño Óscar Ábalos, que estuvo 62 días y fue uno de los primeros sanitarios diagnosticados en España.

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