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Cuatro cosas que son ilegales en Whatsapp

Un usuario manejando la aplicación WhatsApp

Un usuario manejando la aplicación WhatsApp / PIXABAY

Pocos recuerdan cómo era la vida antes del Whatsap, de que controláramos si nuestro interlocutor está en línea, cuándo se conectó por última vez al móvil o si muestra poco interés por lo que decimos, dejándonos en visto. Según datos de Statista, actualmente Whatsapp cuenta con más de 2.000 millones de usuarios en todo el mundo, de los que 31,98 corresponden a España. Y lo que es más interesante: si nos fijamos en la frecuencia de uso, un 84 % de los españoles afirma comunicarse por WhatsApp varias veces al día, mientras que un 13 % asegura hacerlo solo una vez.

El tráfico de mensajes enviados alcanza cifras gigantescas. Se estima que, actualmente, se envían más de 100.000 millones de mensajes al día, pero no todo vale en Whatsapp. Incluir a alguien en un grupo de WhatsApp sin su consentimiento, compartir fotos comprometedoras o enviar pantallazos con conversaciones privadas son solo algunos de los comportamientos constitutivos de infracción o delito que la mayoría de las personas llevan a cabo sin ser conscientes de lo que realmente están haciendo ni de sus consecuencias penales.

Eduard Blasi, profesor colaborador de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC y experto en protección de datos, señala cuatro de estos comportamientos y detalla exactamente en qué consisten y cuándo se está incurriendo en un delito o una infracción.

Cuidado con las capturas de pantalla

Aunque la normativa de protección de datos no afecta al contexto personal o doméstico, sí se aplica cuando se difunden datos a través de internet, ya sea de forma abierta o a un elevado número de destinatarios. Hay que tener en cuenta que en las capturas de pantalla se visualizan conversaciones que pueden identificar directa o indirectamente a una persona, por lo que podría dañar la protección de datos.

No se trata solo de impedir que se identifiquen datos más o menos sensibles como el nombre y los apellidos, el DNI o el número de teléfono—, sino también algún tipo de información personal que permita saber quién está detrás de la conversación sin llevar a cabo un esfuerzo desproporcionado.

La realidad es que, en la mayoría de los casos, la difusión de capturas de conversaciones de Whatsapp, ya sea a través de grupos u otras redes sociales, hace relativamente sencillo identificar a los participantes gracias a la información del contexto, a sus nombres en el chat o, incluso, a los datos expuestos en la propia conversación.

Esta difusión puede tener además de la infracción por protección de datos, en función del tipo de conversación, las personas afectadas podrían reclamar una indemnización por daños y perjuicios, por una posible lesión a su derecho al honor o a la intimidad. El problema es más grave si si se difunde una conversación privada de terceras personas. En esta caso entra en juego un posible delito de descubrimiento y revelación de secretos.

Difundir imágenes, audios o vídeos de otros

La Agencia Española de Protección de Datos ha impuesto sanciones económicas a particulares en distintas circunstancias por difundir contenido audiovisual de terceras personas sin su permiso. Por ejemplo, por grabar una actuación policial y difundirla sin ocultar ningún dato o, en casos más graves, por compartir fotografías íntimas de una tercera persona. Además, la persona afectada podría reclamar una indemnización por daños y perjuicios, por una posible lesión a su derecho al honor, a la intimidad o a la propia imagen.

En los casos más graves, igual que sucede con las capturas de pantalla, si se difunden fotografías, vídeos o audios privados de terceras personas, se podría incurrir en un delito de descubrimiento y revelación de secretos.

Crear un grupo profesional sin autorización...

La creación de grupos de WhatsApp tampoco está al margen de la normativa de protección de datos. De hecho, para añadir a una persona en un grupo de WhatsApp profesional es necesario pedir el consentimiento previo. Recientemente, la Agencia Española de Protección de datos impuso una sanción a un club deportivo de Córdoba que había creado un grupo de Whatsapp y había agregado a una ex socia.

...y sin que se conozcan todos

Este comportamiento puede equipararse al envío de un correo electrónico sin copia oculta. La Autoridad Catalana de Protección de Datos (APDCAT) ha sancionado recientemente a un ayuntamiento por crear un grupo de WhatsApp con los ciudadanos, a pesar de haberles pedido previamente el consentimiento. La razón es que, al añadir estos contactos, hay datos que inevitablemente quedan expuestos —como la foto, el nombre, los apellidos o el número de teléfono móvil—, y ello vulnera la confidencialidad.

En este caso, cuando se trate de un grupo corporativo con miembros que no se conocen entre sí, debería optarse por una lista de distribución, en lugar de un grupo, ya que la lista permite el envío de mensajes individuales sin exponer datos de terceras personas.

¿Y qué hacemos con los ciberdelitos de whatsapp?

Tal y como explica el abogado y experto en protección de datos Eduard Blasi, son numerosos los comportamientos que se cometen usando WhatsApp y que pueden convertirnos en víctimas. La cuestión es si podemos hacer algo para defendernos de este tipo de delitos e infracciones. Helena Rifà, profesora de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, directora del máster interuniversitario de Seguridad de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (MISTIC) e investigadora del grupo KISON del IN3, aconseja especialmente no seguir los enlaces que no sean de confianza. Además, señala otras recomendaciones para aumentar la seguridad en nuestras comunicaciones a través de WhatsApp:

  • Borrar los mensajes que nos lleguen de usuarios no reconocidos, es decir, de todas aquellas personas que no tengamos en la agenda. Estos mensajes pueden ser de usuarios maliciosos que encuentran nuestro contacto de móvil a través de internet o de la web oscura (dark web). Además, suelen incluir enlaces con el objetivo de que los abramos y vayamos a una web maliciosa para intentar robarnos información personal, como datos bancarios, credenciales de acceso, etc.
  • Mantener ordenada y limpia nuestra cuenta de WhatsApp. Para ello, resulta conveniente salir de los grupos que ya no usamos y eliminarlos. Descartar los mensajes con información muy atractiva, que invite a hacer una acción instantánea y que no nos ofrezca margen para pensar en las consecuencias de lo que estamos haciendo.
  • Revisar las noticias que nos lleguen a través de mensajes que hayan sido reenviados múltiples veces, ya que normalmente se trata de noticias falsas.
  • Ignorar los mensajes que avisen de que cierto servicio del que disponemos va a dejar de estar activo si no hacemos una nueva suscripción. Por ejemplo, las alertas de WhatsApp que anuncian que va a dejar de ser gratuito y que hay que suscribirse para seguir disfrutando de sus servicios. Hay que recordar que las empresas no utilizan WhatsApp para enviar este tipo de información.

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