Fiscalía de Sevilla

Se jubila el carismático fiscal Arcadio Martínez Henares

  • Fue fiscal de Menores e investigó el vertido de Aznalcóllar

Arcadio Martínez en su último día de trabajo

Arcadio Martínez en su último día de trabajo

El fiscal Arcadio Martínez Henares, coordinador de Delitos Económicos y uno de los pilares de la Fiscalía de Sevilla en las últimas décadas, se jubila este jueves después de 43 años de trabajo, 31 de ellos en Sevilla. Los abogados sevillanos y sus compañeros destacan de él su carácter “conciliador, generoso, prudente, una persona que sabe escuchar y sobre todo muy preparado”.

Nacido en Cazorla (Jaén) y licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, empezó a trabajar como fiscal de distrito en 1976 en Olot-Puigcerdá y en 1978 sacó las oposiciones de Primera Instancia e Instrucción. Trabajó entonces en San Sebastián y Málaga hasta que en 1988 se trasladó a Sevilla.

Fue fiscal de Menores entre 1988 y 1994, responsable de Medio Ambiente entre 1995 y 2012 y coordinador de Delitos Económicos desde entonces.

Como fiscal de Medio Ambiente se encargó de la instrucción de la causa penal por el vertido de Minas de Aznalcóllar en 1998, que terminó archivada a la vista de un contundente informe pericial que calificó la rotura de la balsa de residuos como totalmente imprevisible e imponderable.

“La juez y yo creíamos al principio que pudo haber alguna negligencia en la construcción de la balsa, pero con ese informe la causa se archivó entonces y hoy en día se volvería a archivar”, afirma Arcadio Martínez a este periódico.

De sus años como fiscal, lo que más frustración le produjo fueron los asuntos de Menores: “la Junta de Andalucía y los jueces ponían todos los medios para ayudarlos pero el sistema no lo conseguía, tenía poco éxito. Sabías que a los 18 años iban a salir del sistema de protección siendo carne de cañón”, comenta.

No guarda ningún recuerdo especialmente malo de su trayectoria y cree que los fiscales siempre han tenido mucho trabajo. Ahora, como responsable de Delitos Económicos, el artículo 307 ter del Código Penal, que sanciona los fraudes en prestaciones de la Seguridad Social, les exige mucha dedicación porque las causas acumulan hasta cientos de investigados.

Arcadio Martínez fue siempre uno de los pilares en que se apoyaron los tres fiscales jefes con los que trabajó -Alfredo Flores, María José Segarra y Luis Fernández-Arévalo- pero también lo fue para sus compañeros. Una de las imágenes más habituales en su despacho era la visita de algún compañero consultándole un caso difícil que llevara. Sin embargo, él asegura que a los fiscales jóvenes no hay nada que aconsejarles porque “todos son muy trabajadores y están super preparados”.

Preguntado si preferiría acusar o defender, responde que ambas funciones son igual de difíciles aunque hay una gran diferencia: “el abogado siempre tiene que defender a su cliente pero el fiscal sólo acusa cuando está convencido de que tiene que hacerlo”.

Su retirada deja la Fiscalía de Sevilla sin uno de sus representantes más respetados por el mundo jurídico sevillano. Un fiscal “de la vieja escuela en valores, con principios sólidos pero al mismo tiempo disponible, flexible y asequible, siempre conciliador antes que inquisitivo”, dicen de él.

Los abogados se consideraban afortunados cuando les tocaba negociar una conformidad con Arcadio Martínez porque era prudente, magnánimo y sabía escuchar. Comenta una abogada que “incluso cuando se ponía duro, terminabas aceptándolo porque era razonable y tenía sentido común”.

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