Robo

Salvado por la huella dactilar de su dedo meñique

  • Fue condenado porque la huella solo pudo dejarse estando abierta la puerta del coche robado

Estudio pericial de una huella dactilar

Estudio pericial de una huella dactilar

La Audiencia de Sevilla ha absuelto a un hombre que previamente había sido condenado por robar dos sillitas portabebés del interior de un coche. La condena se basó en una huella de su dedo meñique que apareció en la ventana del vehículo anexa a la que rompió el ladrón, pero la Audiencia entiende que existen otras hipótesis para su presencia allí como el hecho de que el acusado viva  a un kilómetro de distancia y pase a menudo por esa calle.

Pedro B.R. fue condenado a un año y un mes de cárcel por robo violento porque supuestamente el 3 de marzo de 2019 rompió el cristal triangular pequeño de la puerta de un coche estacionado en la calle Las Cruzadas de Sevilla. Tras abrir la puerta trasera derecha, se introdujo en el vehículo apoyando su mano izquierda en el borde de la puerta y se apoderó de dos sillas portabebés valoradas en 280 euros.

La huella estaba en la parte externa del cristal y la sentencia del juzgado penal 16 se basó en la declaración del perito policial, según el cual esa marca se dejó estando la puerta del coche abierta. “No cabía otra posibilidad porque faltaban las huellas correspondientes al resto de los dedos de la mano izquierda”, según el perito.

Pero la Sección Séptima de la Audiencia atiende el recurso del abogado defensor, Carlos Elías Balongo, y dice que “esta hipótesis que el funcionario tomó como única posible no excluye otras como que estando el cristal roto hubiera un apoyo parcial, siquiera fuera para no cortarse”, o la posibilidad de que la impresión del resto de los dedos estuviese en un cristal que posteriormente se fracturó.

La Sección Séptima de la Audiencia recuerda que la huella del acusado estaba en la superficie externa del cristal, pero en el interior se identificaron tres más, dos dactilares y una palmar, que no se analizaron.

“Ninguna razón se dio para justificar por qué solo se identificó una huella, habiendo varias” y el  funcionario se limitó a contestar en el juicio que no recordaba si tenían valor identificativo.

La sentencia absolutoria añade otro argumento: el acusado vive a poco más de un kilómetro de donde estaba estacionado el automóvil y declaró que a menudo pasa por allí haciendo deporte o por razones de trabajo, por lo que no descartó haberse podido apoyar en un momento puntual en el coche.

Junto a la absolución por el delito de robo con fuerza, el acusado no tendrá que pagar los 280 euros en que estaban valoradas las sillitas  ni los desperfectos causados al coche.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios