La caja negra

Abre una cafetería en los locales de San Juan de Dios en la Plaza del Salvador

La terraza de veladores del nuevo negocio de la Plaza del Salvador

La terraza de veladores del nuevo negocio de la Plaza del Salvador / José Ángel García

La Plaza del Salvador tiene un nuevo negocio de hostelería. Se llama Sagasta, como la calle a la que da una de sus dos fachada. Se ubica en los bajos de la residencia San Juan de Dios, declarada Bien de Interés Cultural (BIC). Su promotor es Antonio Luque, ex presidente de los hosteleros de Sevilla y su provincia, muy vinculado a la plaza por su condición de rociero de la Hermandad de Sevilla y con otros negocios también muy próximos. Sagasta aumenta la oferta hostelera en una zona de máxima concentración de negocios del sector. Su principal novedad son los helados franceses, una café muy singular y los panes de masa madre. Es una cafetería más que un bar al uso y cuenta ya con unos pocos veladores en una ubicación privilegiada, pues cuentan con vistas directas al templo barroco del Salvador.

La plaza recuperará en breve el popular negocio de La Alicantina, en cuyo local se aprecia ya que se ha respetado el gran azulejo de los vinos jerezanos de Maestro Sierra. El decorador de la obra de La Alicantina, por cierto, es el mismo que el de Sagasta. El nuevo negocio del Salvador abrió el jueves. El local, que acogió una zapatería de alta calidad, tiene una superficie construida de 121 metros cuadrados, donde se ha ejecutado una obra de “escasa entidad”, según el proyecto elevado ante Urbanismo. Tampoco se podía hacer mucho más, pues el inmueble está catalogado con la letra B, equivalente al título de Protección Global. Por encima de esta catalogación solo estarían edificios como la Catedral, el Alcázar o el Archivo de Indias. El grado de intervención, por lo tanto, ha sido mínimo.

El nuevo negocio está en el local de planta baja de la Residencia de San Juan de Dios. El nuevo negocio está en el local de planta baja de la Residencia de San Juan de Dios.

El nuevo negocio está en el local de planta baja de la Residencia de San Juan de Dios. / José Ángel García (Sevilla)

Sagasta genera cinco empleos y nace con la intención de cubrir ese vacío de cafeterías que hay en el centro de la ciudad de los bares por excelencia. No lleva ni cinco días de apertura y ya cuenta con un notable trasiego de clientes. El Salvador ha sido una plaza tradicionalmente marcada por las cervecerías ubicadas en el tramo de los soportales. Es una plaza con mucha vida, en ocasiones no sin polémica por las despedidas de soltero, los efectos del turismo excesivo y el consumo de alcohol en la vida pública. Pero también ha acogido durante décadas con terrazas de calidad como la de La Alicantina, un negocio que tradicionalmente ha tenido una oferta gastronómica muy popular con la ensaladilla y los mariscos.

El tiempo dirá si los sevillanos hacen suyo este nuevo Sagasta o si el flamante negocio es tomado por los turistas. Tampoco hay que descartar el siempre deseable uso compartido entre unos y otros.