EL proceso de transformación de la Avenida de la Constitución, que en los últimos quince años ha perdido sucursales bancarias y cafeterías de firmas locales en favor de la hostelería franquiciada, se puede acentuar en los próximos tiempos. A este paso quedará como símbolo único de sevillanía en la Avenida la Catedral, el comercio de calzado infantil de Fina Burgos y el tío que vende en el incienso en la esquina de García Vinuesa.

Todo un clásico como el Real Club de Andalucía, conocido como el Aero, puede cambiar de sede si el propietario del edificio da por concluido el contrato del alquiler antes de tiempo, cosa en la que ya ha mostrado interés. El arrendamiento expira en 2025, pero existen serias posibilidades de que la entidad que preside Enrique Moreno de la Cova tenga que efectuar una mudanza.

En previsión de una más que posible ruptura del contrato por parte de la propiedad, el Aero ha puesto sus miras nada menos que en el edificio Peyré, el de la calle Francos que tiene acceso también por la calle Álvarez Quintero. Fijarse en Peyré es tener buen ojo sin lugar a dudas. El edificio, de alto valor patrimonial, está ubicado el corazón del centro histórico, donde siempre ha radicado el club.

El edificio Peyré, en la calle Francos

La entidad perdería la privilegiada situación de los días de Semana Santa al tener su sede en la carrera oficial, un aspecto muy valorado entre los socios y sus familiares. También en esto es previsor el club, que en caso de mudanza se reservaría, al menos, la tribuna con sillas que tiene asignada en una parcela de la Avenida, al igual que, por ejemplo, existen palcos de la Plaza de San Francisco con acceso propio que siguen siendo utilizados por magistrados y fiscales como herencia de los tiempos en los que estaba la Audiencia en la actual sede de Cajasol. El Consejo de Cofradías, con el que el Aero tiene una relación fluida, no pondrá pegas al mantenimiento de la parcela.

No hay ruptura de contrato de alquiler si no existe un potencial cliente que presiona por detrás. Es el caso de una empresa de hostelería que está muy interesada en la actual sede del Aero, que cuenta en la actualidad con un discreto acceso por el pasaje del Cabildo y con opción de abrir las cristaleras hacia la Avenida, cosa que sólo se ocurre en las tardes de Semana Santa.

Detalle de la fachada del edificio de Peyré

El Aero contaría con más espacio en Peyré. No tendría que hacer una obra de reforma muy compleja. Es un edificio bien conservado. Hace unos años que la propiedad lo cede en explotación a Robles para la organización de actos sociales y recepciones con capacidad para 400 invitados sentados y unos mil de pie. Hay quien estima que al Aero podría bastarle la mitad del edificio, concretamente la más alejada de la Catedral, por lo que la otra parte podría seguir siendo empleada para los fines actuales.

El Aero actual destaca por un salón principal con varios ambientes (biblioteca, área de reposo y barra de bar), una entreplanta con comedor principal, el tradicional salón que da hacia la Avenida, una planta soterrada con peluquería, aseos, oficinas y otro comedor con cocina propia donde alguna vez ha usado los fogones Carlos Herrera para sus reuniones informales con amigos.

El estudio de la universidad

El caso de la Avenida es el mejor ejemplo de la evolución del centro de la ciudad. Las grandes firmas y franquicias copan más de la mitad del centro comercial de la capital de Andalucía. Una reciente investigación de la Universidad de Sevilla alerta de la gentrificación que sufre el Casco Antiguo, donde los negocios locales tienen ya una presencia marginal. La hostelería gana peso en una actividad enfocada cada vez más al turista. El sector terciario que se desarrolla en sus calles principales responde a un fin distinto al primitivo, es decir, está dirigido a otro público, a “otras gentes” que no son los vecinos que habitan sus casas. Un fenómeno provocado por la llegada de grandes firmas y franquicias –que copan más de la mitad de sus tiendas– así como por el auge imparable del turismo.

Las consecuencias son más que palpables: los negocios tradicionales quedan arrinconados, hasta el punto de que su presencia se puede calificar de marginal en algunas vías. El Aero puede acabar dejando la Avenida a la que siempre estuvo ligado. Fundado en 1928, Alfonso XIII, el Rey Felipe VI, Guillermo de Holanda, el Príncipe de Ligne y el Archiduque Karl de Habsburgo, entre otras personalidades, son o han sido sus socios de honor, y hasta siete alcaldes de Sevilla han sido socios de número.

El club está compuesto por un máximo de 700 socios de número, cuyo ingreso muy restringido se realiza por medio de votación secreta. Ha tenido visitantes célebres tanto en su sede del centro como en la caseta de Feria. Una Madrugada acogió la cena de la Infanta Elena con su entonces esposo, Jaime de Marichalar. Y en la pasada Feria recibió a los Reyes de Holanda. Ya lo dice Moreno de la Cova: “El Aero es el mejor club”.