La caja negra

Atropello al arte en la Alameda de Hércules

  • Sebastián Santos exige que el monumento a Caracol vuelva a su lugar original en la Alameda y con el pedestal diseñado expresamente para ser apreciado desde la perspectiva adecuada

Ubicación anterior y actual del monumento a Caracol en la Alameda

Ubicación anterior y actual del monumento a Caracol en la Alameda / M. G. (Sevilla)

El autor defiende su obra desde todos los puntos de vista. Hizo una escultura para un lugar específico y ahora no sólo no está ya en ese emplazamiento, sino que se ha modificado la base y se ha colocado junto a otros dos monumentos sin que se conozca el criterio, en caso de que haya algún criterio que ampare semejante modificación sustancial. El catedrático y académico Sebastián Santos ha estallado y califica de “atropello al arte” el trato que recibe la escultura de broce que modeló a finales de los ochenta para homenajear al cantaor Manolo Caracol en su barrio de la Alameda de Hércules. De tener el pedestal adecuado para ser apreciado por el viandante y de estar enmarcado visualmente entre las dos populares columnas de la Alameda, lleva años en otro emplazamiento, con una base que le da una altura excesiva y aparece situada entre otras dos esculturas, las dedicadas a la Niña de los Peines y al matador de toros Chicuelo.

Santos ha dirigido formalmente una reclamación documentada al Ayuntamiento de Sevilla como primer paso para defender su obra de un trato que considera indebido. La escultura de Caracol fue promovida por el periodista José Antonio Blázquez, la bailaora Ana María Bueno y un grupo de amantes del cante jondo. Fue colocada el 16 de mayo de 1991, fecha de comienzo de la IV edición de la Bienal de Flamenco. La ubicación de la obra y sus características no respondían a un capricho, sino que estaba todo estudiado: la proximidad a la casa natal del artista y el efecto de cercanía con el cantaor que debían sentir quienes se acercaban al monumento, de ahí el pedestal cuadrado de una altura de 1,20 metros.

Con motivo de la gran y polémica obra de reforma de la Alameda de Hércules, que para muchos supuso el final de los rasgos románticos de este espacio urbano de la ciudad, la escultura fue colocada “en un pedestal distinto y nada acorde con la idea que tuve como autor de la obra y de su presentación en el emplazamiento inicial”, afirma Santos. En un primer momento la escultura fue ubicada en solitario ofreciendo una imagen “ridícula y muy alejada de mi intención, nada apropiada”. El polémico traslado se produjo en 2009. Pero la cosa fue a peor con el paso de los meses, como relata el autor en el escrito de reclamación: “Se colocaron a su lado otras dos esculturas que originariamente no estaban allí, sino en otros lugares, de tal forma que un comentarista amante de las cosas de Sevilla lo denominó El trío de la Alameda”. Santos denuncia que la colocación del “conjunto” es “desconcertante” y recuerda que cada monumento tiene una historia individual que merece respeto.

“La falta de respeto de quien cometió este atropello al arte, consentido hasta ahora por este Ayuntamiento requiere una rectificación que sin duda afecta a las tres obras que deben volver cada una a su sitio, a un emplazamiento más adecuado. Por desgracia –precisa Santos– no se ha pedido antes esta rectificación por prudencia y esperando en vano que el Ayuntamiento, sus servicios culturales sobre todo, lo hicieran de oficio”.

Santos refiere también la necesidad de que la Consejería de Cultura asuma sus competencias en la materia. “Para mayor escarnio, en un documento informático de la Consejería de Cultura aparecen tres fotografías de mi obra, del monumento a Caracol tal como se encuentra en la actualidad y un primer plano de la inscripción de la peana y como autor –no se sabe bien si se quiere significar de las fotografías o del monumento– figura Luis Francisco Martínez Montiel”.

El autor refiere la legislación que regula la propiedad intelectual y solicita a las autoridades municipales y autonómicas que el monumento sea repuesto “sin demora” en su localización original y con la peana especialmente diseñada desde el principio.

El monumento a Manuel Caracol se entendía como una muestra de la vinculación de la Alameda de Hércules con el flamenco. Se justificó como un “tributo a un cantaor de fama nacional, vecino de la calle Lumbreras”. Santos Calero, el autor del monumento, es hijo del escultor e imaginero Sebastián Santos Rojas. Es catedrático de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría.

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