¿Por qué se postran por completo en el suelo los nuevos sacerdotes el día de su ordenación?
El pasado sábado se presenció en la Catedral el momento siempre impresionante de los nuevos presbíteros echados a tierra en señal de humildad y de absoluta encomienda a Dios
Muchos fieles admiraron uno de los momentos de mayor intensidad que reserva la liturgia de la Iglesia para momentos muy solemnes y especiales. Ocurre justo antes de que el arzobispo imponga las manos y ordene a los nuevos sacerdotes. Los ocho ordenandos se echaron por completo a tierra con el rostro bocabajo en la ceremonia presidida por monseñor Saiz en el Altar del Jubileo.
Es una postura, un gesto de oración que en la liturgia ordinaria del año está previsto en el comienzo de la liturgia del Viernes Santo cuando se reconoce el tremendo misterio de la pasión y muerte de Cristo, así como el triunfo de la cruz. Se reserva también para ocasiones importantes como cuando se van a recibir sacramentos que cambian la vida de la persona. Por ejemplo, en las profesiones solemnes de las monjas, monjes o frailes y, por supuesto, antes de la imposición de las manos en la ordenación sacerdotal. Está en los Evangelios que también Jesús se echó a tierra en oración en el Huerto de Getsemaní en el momento de su extrema debilidad humana e invocó a Dios llamándolo "Padre".En el acto de postración, el postrado muestra su plena confianza en la misericordia de Dios.
Mientras los ordenandos se postran ante el altar, toda la Iglesia alrededor de ellos reza e invoca a la Santísimo Trinidad. por eso es uno de los momentos más emotivos de la ceremonia de consagración de los nuevos sacerdotes y diáconos o, como se ha dicho, de la profesión de los religiosos. En ese momento se simboliza la unión del cielo y la tierra en una súplica, como si esos hombres tendidos fueran alzados y llevados ante la presencia de Dios. Una vez postrado, el ordenando se levanta para recibir la fuerza del Espíritu Santo por medio de la imposición de las manos por parte del arzobispo.
La palabra postración proviene del Latín. Significa "extender por tierra". Es una de las posturas más impresionantes empleadas en la liturgia. Una persona se tumba en el suelo, en posición de cúbito prono. Es un signo claro de humildad, penitencia, súplica y abandono en las manos de Dios. En el Antiguo Testamento se cuenta que Abraham cayó "rostro en tierra" y Jesús le habló. En el Nuevo Testamento, además de en el caso referido de Jesús en el huerto, aparece hasta 59 veces siempre con el sentido de adoración. La postración no es sólo una postura empleado en el judaísmo y el cristianismo, también la emplean otras religiones como el Islam.
Una de las ceremonias de ordenación que más se recuerdan en la Iglesia de Sevilla fue la presidida por el Papa Juan Pablo II en 1993 en el pabellón de Deportes de San Pablo. Fue en su segunda visita a la ciudad con motivo de la clausura del Congreso Eucarístico. Ordenó a 37 nuevos presbíteros en una ceremonia retransmitida en directo por TVE.
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