Cada vez que hay una obra subterránea de calado, el suelo de Sevilla aparece como el gran problema. Los expertos explican que en todo el área urbana de Sevilla hay un “potente substrato de arcillas margosas tortonienses (Mioceno) de formación marina” que se denominan localmente “margas azules”. Pero los ingenieros siempre responden sobre esta cuestión que no hay ninguna obra imposible si se aborda con la técnica y con el presupuesto adecuados.

Cada vez que hay una obra subterránea de calado, el suelo de Sevilla aparece como el gran problema

Ahí está el Eurotúnel que se hizo en el Canal de la Mancha, el túnel peatonal de Greenwich bajo el río Támesis (Londres) y las asombrosas redes de metro de las grandes capitales del mundo.

El relato de los problemas que plantea el Ministerio de Fomento sobre la obra de los túneles de la SE-40 señala que la solución técnica que se proyectó para cruzar el río con cuatro túneles en el paso desde Dos Hermanas a Coria del Río es “claramente insuficiente” debido a las filtraciones de agua detectadas en las pantallas que debían impermeabilizar el recinto para construir los subterráneos y al subsuelo complejo de este punto del Guadalquivir.

Lejos del río, en la dársena sí se han hecho varias obras importantes: los túneles del Metro a la altura de Los Remedios y el Puente del Centenario

La obligación de bajar a una profundidad de 40 metros empeora las complicaciones y tampoco hay manera de hacer los túneles más superficiales por el escaso recubrimiento que quedaría en su parte superior y porque no hay suficiente experiencia internacional en obras similares con dimensiones parecidas, según Fomento.

¿Volvemos a estar en un túnel sin salida como cuando se paró la obra del Metro de Sevilla a finales de los años 80? Cuesta pensar que todas estas dificultades no se plantearon cuando se estudió el terreno para elaborar el proyecto constructivo de la SE-40.

Para los sevillanos la evolución de esta obra está siendo una verdadera condena

Para los sevillanos la evolución de esta obra está siendo una verdadera condena. Hay muy pocos tramos en servicio para la cantidad de años que han pasado (desde 2007) y el paso más importante que es la conexión de la ciudad por el Sur con el Aljarafe, a través del río, sigue en el aire. Es una incógnita la solución final que se buscará para cruzar el cauce.

Los tramos del arco norte de esta segunda ronda de circunvalación (de Espartinas a Valencina y a Salteras) tienen que actualizarse por el tiempo transcurrido y a finales de 2018 el Ministerio dio la orden de acometer nuevos estudios. Es el caso del tramo Espartinas (A-49)– Valencina (SE-510) y de Valencina (SE-510)-Salteras (A-66).

Respecto a los túneles, el Ministerio de Fomento mantiene que su prioridad es que el proyecto que se desarrolle “sea una garantía en la ejecución y en la conservación y que dé un adecuado servicio en condiciones de seguridad para los usuarios”. No dice más. Ni siquiera que baraje un puente.

Lejos del río, en la dársena –el antiguo cauce del Guadalquivir que pasa por la capital y se cortó en San Jerónimo y el Alamillo– sí se han hecho varias obras importantes. Se hicieron los túneles del Metro a la altura de Los Remedios, con el desgaste de las cuchillas de corte de la tuneladora por las gravas, y se construyó el Puente del Centenario.