Mil caminos y un cantaor | Crítica

Diario de ausencias

  • El tercer disco del cantaor afincado en Granada Pepe Luis Carmona supone su consolidación, después de muchos años alejado de los focos

El cantaor en su ciudad de acogida, Granada.

El cantaor en su ciudad de acogida, Granada. / Miguel Rodríguez/Grupo Joly

En la soleá le acompaña el toque de Tomatito. La voz, camaronera de vocación y muy personal, es la gran protagonista de esta obra. Los dos primeros tercios son tradicionales en letra y música mientras que la segunda parte del tema son textos y melodías de nuevo cuño, firmados por Pepe Luis Carmona, incluyendo los estribillos corales con los que se cierra la pieza.

Pequeña canción de amor es otra soleá, en este caso de acentos trianeros, en la que la voz de Pepe Luis Carmona se complementa con un arreglo de Montse Cortés. Los tientos grabados en directo en Granada presentan una fisionomía clásica con arreglos jazz a cargo del piano de José María Cortina y con las particulares maneras cantaores de Carmona. El contrapunto vocal lo aporta aquí Luisi Carmona. La vidalita, sentimental, íntima, está grabada también en la Sala Granada 10.

Extraño tu ausencia es un canto a la memoria de lo ido, el padre en este caso, una típica canción de flamenco pop con arreglos cool, con unas brillantes variaciones a los teclados a cargo de José María Cortina. También hay un tema dedicado a la madre, en este caso por tangos, de nuevo con estribillos corales y con la guitarra del Paquete. Unos tangos canasteros muy sabrosos, pegadizos, que darán mucho que hablar. Me agarró la tarde son unos nuevos tangos, en este caso de acento más pop.

Las alegrías son una nueva composición, una canción de amor con el toque sentimental de Josemi Carmona. De nuevo nos encontramos con un brillante estribillo del mejor flamenco pop de hoy, con un par de letras tradicionales introducidas con mucho gusto. En Ariel, otra canción de amor, este caso paterno-filial, destacan los arreglos de percusión y bajo, otra gran composición, plena de miel y de enormes melodías.

Pepe Luis Carmona es un cantaor intuitivo, muy afinado y de brillantes armónicos, en el que el corazón va más allá de la técnica, y un fino compositor de temas delicados de flamenco pop. En realidad en su voz, en su música, estos dos estados de ánimo se complementan con toda naturalidad, hasta el punto de que no estamos seguros cuando nos encontramos con una melodía clásica o con una de nuevo cuño. Carmona conoce el flamenco de tradición, al que no renuncia, y también tiene vocación de compositor de su tiempo, que incorpora los sones nuevos. Es decir, no tan nuevos, esos que él mismo contribuyera a crear hace 30 años.

Portada del nuevo disco de Pepe Luis Carmona. Portada del nuevo disco de Pepe Luis Carmona.

Portada del nuevo disco de Pepe Luis Carmona.

Pepe Luis Carmona (Madrid, 1968) fundó en 1991 La Barbería del Sur, uno de los grupos destacados de la segunda cosecha de ese movimiento indispensable llamado nuevo flamenco que tanto aportó al mundo de lo jondo, tanto a nivel artístico como de popularidad. El primer disco del grupo, homónimo, de 1991, fue una bocanada de aire fresco para la música pop y de raíz española de la década.

No obstante, dos de los miembros originales del grupo, Pepe Luis y Josemi Carmona, primos y flamencos, abandonaron la formación tras ese primer hito. El segundo se integró en Ketama, el grupo de sus primos Antonio y Juan Carmona, mientras que el primero publicó un disco como solista, Caído del cielo (1997). Su segundo disco se demoró nada menos que 18 años: La vida llega se publicó en 2015. En él seguía la estela de su obra anterior, de mezclar con naturalidad el flamenco tradicional con nuevas composiciones, igual que hace ahora con Mil caminos y un cantaor.

En esta nueva entrega reaparecen antiguos colaboradores de La Barbería como El Paquete, que toca la guitarra en los tangos Mare, o el propio Josemi Carmona, que hace lo propio por alegrías. Pepe Luis es hijo de Luis Habichuela, el tercero de los cuatro hermanos y tocaores Habichuela, tras Juan y Pepe, y antes de Carlos. Luis murió en 1993 dejando su arte en numerosas grabaciones y la semilla del mismo en la garganta de su hijo Pepe Luis. De hecho Pepe Luis ha sido cantaor para el baile en las compañías de Cristina Hoyos y Antonio Canales, entre otras. Es decir, que conoce todos los secretos del oficio de cantaor a la manera tradicional.

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