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El delfín Manoliño: el paso de una bonita historia a causar serios problemas con los navalleiros

El delfín Manoliño: el paso de una bonita historia a causar serios problemas con los navalleiros

El delfín Manoliño: el paso de una bonita historia a causar serios problemas con los navalleiros

En las rías gallegas de Muros y Noia habita un delfín conocido popularmente como Manoliño. Desde hace casi un año este cetáceo entabló una bonita amistad con Roger, un "navalleiro" que trabajaba recogiendo navajas en aguas someras de la ría de Muros. Cuando vio por primera vez a "Manoliño" no se asustó porque ya lo había visto merodear por la zona donde trabajaba con su grupo. Con el tiempo observó que el animal cada vez que cambiaba de zona para trabajar, le seguía.  

Tras muchos meses, desde la Consellería do Mar, sabiendo que el cetáceo se acercaba constantemente a los mariscadores de la ría, lanzó una recomendación para que no interactuaran con él, pero era prácticamente imposible ya que aunque cambiaran de zona, el delfín los encontraba.

Ahora, lo que inicialmente parecía una historia curiosa entre un mariscador y un delfín, ha empezado a causar graves problemas. Los vecinos empezaron a ir al puerto para nadar y fotografiar al delfín y con el tiempo llegaron a ver bañistas intentando montar sobre el animal.

delfín Manoliño delfín Manoliño

delfín Manoliño

El delfín mordió a un mariscador

Manoliño se acercaba tanto a la zona de trabajo, que solo quería jugar y que los navalleiros estuvieran pendientes de él. Tanto así que incluso llegó a morder a uno de ellos, rompiendo su traje y arrastrándolo de forma brusca a la superficie: "Nos espanta a la navaja, es incómodo trabajar con un animal que lo que quiere es que dejes tu actividad para ponerle atención", afirma Jorge Senra, el chico que fue mordido por el cetáceo. 

Acabó yendo al centro de salud para curarse las heridas y someterse a un chequeo específicamente dirigido a descartar un accidente de descompresión.

Para los expertos de la Coordinadora Europea de Mamíferos Marinos (CEMMA), casos como el de Manoliño se solucionan alejándose de él, evitando el contacto, ignorándolo. Solo así dejará de interactuar con los humanos y encontrará a un grupo de su especie con el que estar. Por desgracia, esta solución no es fácil ya que todo un público lo visita constantemente y se siente querido.

Ahora mismo, los problemas con Manoliño son pequeños en comparación a lo que podría llegar a ocurrir cuando empiece la temporada de verano. Ya son muchas voces que en Noia y Muros han pedido la intervención de la Xunta o advierten de la sucesión de accidente. También los expertos del CEMMA recalca que la interacción con estos animales, además de estar prohibida, podría tener fatales consecuencias.

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