Una de los momentos más duros que puede vivir una persona que ama a los animales y que además ha convivido con ellos gran parte de su vida es despedirse y decir adiós. Esto es lo que le ha sucedido al veterinario Eduardo Sacasa, el presidente de la Fundación Amigos del Zoológico Nicaragüense, al tener que despedirse de Pipi, un chimpancé al que ha estado cuidando durante 25 años. 

El motivo por el cuál se ve obligado a separarse de Pipo es que el centro pasa a formar parte del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales del país. Las imágenes han sido compartidas por la agencia EFE y muestran la ternura y el cariño con la que se despide Eduardo y las tiernas palabras que le dedica al animal: "vengo a despedirme de vos". 

El veterinario le explica a Pipo que "estamos cansados Marina y yo, y vengo a despedirme de vos, ¿oíste? Te portas bien cuando no estemos nosotros, y que estés tranquilo. Vamos a hablar para que siempre te den cariño”.

La triste historia de Pipo

A pesar de que Eduardo le ha dado todo su cariño durante más de dos décadas, lo cierto es que Pipo llegó al Zoológico de La Habana (Cuba) cuando apenas tenía 11 meses de edad, por lo que toda su vida ha estado entre barrotes. 

En su expediente apareció que el animal vino en una pequeña jaula y que además había sufrido un accidente. Se desprendió el techo, que era de pura varilla de hierro, y le aplastó su cabecita, quedando su cara destrozada y fracturada. Un neurocirujano, prácticamente lo reconstruyó, pero quedaron lesiones como la pérdida de varias piezas dentales o su ‘ojito de lado’, –como le decimos nosotros–, bizco, pero siempre con una inteligencia increíble”, explica.

Con el paso del tiempo se mostraba más agresivo. Además, en el año 2012 un grupo de niños de un colegio visitaron el zoo y le lanzaron una mochila en la que había dentro una gran navaja. El animal inteligente abrió la mochila, sacó la navaja, abrió la cuchilla y accidentalmente se cortó ambas piernas, causándole heridas muy grandes en una de ellas”.

A pesar de que lo curaron, el animal no dejaba que sus heridas suturasen y se arrancaba el hilo. De hecho, solo dejaba que Eduardo le cuidara. 

Ahora, el animal tiene 38 años y desde que Eduardo lo conoció en el año 1997 se han vuelto inseparables. Desde ese día que nos vimos hicimos como una buena química, y me fui ganando su cariño y amistad, porque ellos también son muy enojados, y con la fuerza de casi cinco hombres, son muy peligrosos”, señala.

Así lo muestran en el vídeo cuando parece mantener una conversación con el chimpancé. Durante su encuentro le acaricia, le coge la mano, le abraza e incluso le da un beso. 

"Me duele mucho dejarte" dice tristemente el veterinario. “Con un gran dolor en mi corazón, con lágrimas en mis ojos, solo espero que así como lo cuidamos por 25 años, dándole mucho cariño, mucho amor, mimándolo como un hijo… los nuevos que estarán a cargo del zoológico lo sigan haciendo, porque él es un animalito muy agradecido”.