Los perros han demostrado ser animales que tienen la capacidad de mostrar sus sentimientos ante diferentes situaciones relacionadas con otros animales o las personas. Seguramente habrás escuchado alguna vez que algunos perros mueren de tristeza después de que sus dueños fallezcan. 

La historia que contamos hoy en Mascotíssimas habla de Fred, Ricky y Ethel, tres perros que perdieron su hogar en el momento que su dueño murió. Por desgracia para las mascotas del hombre fallecido, nadie se encargó de ellas y en lugar de llevarlos a un refugio de animales donde pudieran encontrar una nueva oportunidad, los arrojaron a la calle como si fueran basura.

Para sorpresa de algunos vecinos, los perros no se movieron de allí durante 18 meses donde probablemente esperaban a que su dueño muerto volviera. Algunos vecinos les alimentaban pero nadie los adoptaba y les daba una nueva vida hasta que el grupo de rescate "hope for paws" se enteró de la situación que estaban viviendo estos animales. 

En ese momento, se acercaron al barrio donde vivían Fred, Ricky y Ethel y al verlos se les rompió el corazón al ver que los perros vivían como auténticos indigentes en las calles. El primer perro que intentaron rescatar fue Fred y estaba tan arraigado a su hogar que opuso mucha resistencia con los rescatistas.  

Una vez que pusieron a Fred a salvo buscaron a Ricky y Ethel, donde fueron encontrados en los alrededores de otras viviendas cercanas. Estos también pusieron resistencia a ser rescatados por lo que los rescatistas pensaron que quizás nadie se habría hecho cargo de ellos porque ni tan siquiera se dejaban tocar. 

perros indigentes

Finalmente, los tres fueron llevados al refugio donde pudieron descansar cómodamente en un sofá después de un año y medio viviendo en la calle. Ahora, todos están en casas de acogidas y esperan comenzar una nueva vida mejor que la que han tenido estos últimos meses.