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El plan, denominado "Renaulution", coloca a la compañía en "una nueva dirección", destacó en rueda de prensa el consejero delegado, Luca de Meo, quien se ha centrado en este proyecto desde su llegada al cargo en julio del año pasado procedente de la española Seat.
"Renaulution", que se aplicará hasta 2025, continúa y profundiza la reestructuración lanzada en mayo pasado para afrontar la complicada situación causada por la pandemia de coronavirus.
La compañía anunciará el 19 de febrero sus resultados financieros de 2020, pero en el primer semestre del año perdió un récord de 7.292 millones de euros debido a la paralización de gran parte de la economía global por la epidemia.
El principal eje de la nueva estrategia es "desplazar" el "centro de atención del volumen de ventas al valor" financiero, destacó De Meo en la presentación del proyecto.
Uno de los principales ejes del plan es lo que Renault define como una "estricta disciplina de costes": se busca continuar y profundizar la reducción de costes fijos lanzada en mayo, que alcanzará un acumulado de 2.500 millones de euros (3.053 millones de dólares) en 2023 y 3.000 millones de euros (3.664 millones de dólares) en 2025.
La compañía prevé llegar a 2025 con una reducción de su capacidad de producción a 3,1 millones de unidades anuales, desde los 4 millones de 2019, según indicó en un comunicado, aunque con más flexibilidad en sus factorías.
Además, los costes variables bajarán en 600 euros por cada vehículo para 2025, en parte gracias a un mejor trabajo con los proveedores.
Las inversiones y los gastos de innovación y desarrollo se reducirán del actual 10 por ciento del volumen de negocio a un 8 por ciento en 2025.
Como resultado, Renault espera recortar su umbral de rentabilidad un 30 por ciento para 2023 y alcanzar un margen operativo positivo del 3 por ciento (unos 3.000 millones de euros) en el mismo año, cifra que debería llegar al 5 por ciento en 2025.
En cambio, De Meo recalcó que no habrá más reducciones de empleo tras la supresión de 15.000 puestos de trabajo en todo el mundo anunciada por la compañía en mayo.
En el lado técnico, el grupo Renault reducirá de 6 a 3 sus plataformas y de 8 a 4 sus familias de motores.
Y, en el frente comercial, el grupo prevé lanzar 24 nuevos modelos de aquí a 2025, de los que al menos diez serán completamente eléctricos. Para ese año, Renault tendrá "la gama de modelos más verde de Europa", subrayó De Meo.
También se prevé el retorno de "modelos icónicos", como el mítico R-5, que será eléctrico, o del Lada Niva.
El objetivo es que el nuevo R-5, por su simbolismo en Francia, se construya en este país, pero el responsable de Renault avanzó que la decisión final dependerá de "encontrar la forma" de hacerlo de forma rentable, ya que la premisa de la marca del rombo es que sea un eléctrico accesible al gran público.
En zonas geográficas, Renault quiere orientar su presencia internacional hacia los mercados y segmentos más rentables, sobre todo en América Latina, India y Corea del Sur, y "aprovechar la competitividad" en España, Marruecos, Rumanía y Turquía.
"Europa todavía concentra tres cuartas partes de nuestro beneficio", recordó De Meo, para quien es necesario "una expansión global" de los beneficios.
La compañía insistió en que "ya no medirá su éxito en cuota de mercado ni en volumen de ventas sino en rentabilidad".
El grupo tendrá cuatro grandes unidades de negocio: Renault, Dacia-Lada (que estarán más integradas entre sí), la marca deportiva Alpine y Mobilize, una rama dedicada a servicios de movilidad (como vehículos compartidos) y datos, y de la que se espera que suponga al menos el 20 por ciento de los ingresos del grupo para 2030.
De Meo no habló mucho de la alianza con las japonesas Nissan y Mitsubishi, ya que el plan es algo interno de Renault, pero sí destacó que ambos grupos tienen un 80 por ciento de componentes comunes en sus plataformas de vehículos.
En el lado tecnológico, además del desarrollo de nuevos vehículos eléctricos movidos por baterías o hidrógeno, Renault prevé lanzar en 2022 un vehículo en asociación con Google, que tendrá los servicios y aplicaciones del gigante informático.
Además, la compañía sigue con sus planes para crear en el norte de Francia la mayor fábrica de coches eléctricos de Europa y está comenzando a trabajar en vehículos de pila de combustible alimentada por hidrógeno.
Con Mobilize Renault pretende encontrar un camino en las nuevas fórmulas de movilidad y uso de energía, un terreno en el que debe encontrar un alto porcentaje de sus ventas en un futuro inmediato: hasta un 20 por ciento.
Para ello Mobilize pretende incrementar el tiempo de uso de los coches, que hoy está el 90 por ciento del tiempo estacionado; aumentar su valor residual y buscar la neutralidad de carbono.
Así, la oferta de Mobilize se basará en cuatro vehículos adaptados para cumplir ese cometido: dos de ellos destinados al car-sharing, uno para el servicio con conductor y un cuarto para cumplir los requisitos de reparto en la última milla.
Adicionalmente, Renault ofrecerá a través de Mobilize soluciones de financiación innovadoras (abono, leasing, pay-as-you-go… ), plataformas dedicadas a datos, servicios y desarrollo de aplicaciones y nuevos servicios de mantenimiento y renovación (Re-factory).
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