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El i Vision Circular es el compacto de 2040 de BMW, un coche centrado en la sostenibilidad y el lujo, totalmente eléctrico y amplio para sus cuatro metros. Ha sido diseñado, y de ahí su nombre, siguiendo los principios de la economía circular.
BMW aspira, para lograr la neutralidad climática, también ampliar en el uso de materiales secundarios, provenientes de material de desecho: hoy ya se emplean un 30 por ciento de media en los coches de producción.
El objetivo del i Vision Circular es lograr el uso del 100 por ciento de materiales reciclados y la total reciclabilidad. Lo mismo que ocurre con la batería de estado sólido que le proporciona energía y que está hecha con materiales reciclados.
Así, se ha repensado cada una de sus piezas, se ha reducido el número de componentes -por ejemplo, de la pintura -las superficies están pulidas-, cuero o cromo- y se usan materias primas biológicas. También se pretende que tenga una larga vida útil, para lo que dispondría de actualizaciones constantes y computación en la nube. Además, en su ensamblaje se evitan uniones pegadas o materiales compuestos, sustituyéndolas por otras soluciones como cordones, botones de presión o cierres rápidos.
El BMW i Vision Circular tiene formato de monovolumen, con ruedas que casi se sitúan en las cuatro esquinas del coche, con un diseño purista y limpio. Por ejemplo, las funciones de iluminación están integradas en el portón trasero.
Amplio y acristalado, el habitáculo combina modernidad y ligereza. Aquí se adelantan los materiales y procesos que BMW llevará a la producción mañana, también se reinterpreta el panel de instrumentos, el parabrisas sirve de base para la información y volante se imprime en 3D con material biológico y la opción de polvo de madera.
La zona trasera se ha transformado en un gran asiento acogedor, con almohadillas laterales acolchadas.
Entre las soluciones técnicas está la posibilidad de usar el BMW i Vision Circular como elemento móvil de almacenamiento de energía con la que alimentar a su entorno, por ejemplo, edificios o intraestructuras. Incluso puede devolverla a la red para ayudar a absorber picos de demanda.
Otra medida clave en la movilidad urbana será hacer uso inteligente de los datos de tráfico disponibles, para lograr la máxima eficiencia. En este sentido, la información recopilada por cada coche se volcará para el uso por los demás, de modo que se cree una inteligencia de enjambre. Se podrán, así, optimizar las recomendaciones de velocidad para aprovechar los semáforos en verde, prever una mayor presión del tráfico o minimizar los atascos.
BMW ha presentado dos vehículos de propulsión eléctrica don tres niveles de velocidad para diferentes tipos de carreteras. En propulsión es posible alcanzar 25 km/h en carriles para bicis, hasta 45 en vías urbanas y una velocidad máxima de 60 km/h fuera de la ciudad. La BMW i Visiom Amby requiere pedaleo para conseguir la asistencia, mientras que la Motrorrad, si bien visualmente está integrada en el mundo de las bicicletas, en el fondo es una moto. Eso sí, sólo pesa 65 kg.
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