Aunque la situación de alarma hace pensar que la forma más segura de movilidad es el coche particular, por el aislamiento que supone respecto al exterior, la DGT quiere impulsar la movilidad peatonal. Su objetivo es transmitir que la ciudad con menos coches es más ciudad, a la vez que buscar aliados de la peatonalización en el uso de la bicicleta.

Así, frente al pandemia, y al menos durante un periodo de tiempo largo, la pretensión es dar más metros cuadrados de espacio público por habitante y, para que los desplazamientos de los viandantes se puedan realizar en mayores condiciones de seguridad, recomienda tomar algunas medidas que ya se están llevando a cabo en algunas ciudades.

Priorizar a los peatones, con una limitación de velocidad de 20 km/h para el tráfico, también se contempla junto a la peatonalización de las calles entre las medidas que propone la DGT.

Es el caso de convertir el mayor número de calles a espacios sin tráfico a motor, limitando el acceso a garajes, abastecimiento comercial, traslado de personas con movilidad reducida y seguridad, con una velocidad limitada a 10 km/h.

También crear espacio compartidos con prioridad peatonal y velocidad máxima de 20 km/h o, en donde no se puedan realizar las limitaciones anteriores, aumentar la anchura de las aceras suprimiendo zonas de aparcamiento o, incluso, carriles, para así cumplir con la distancia social en el cruce con otras personas. Estas medidas pueden tomarse con señales adecuadas o conos, la información necesaria y el control policial.

Por otro lado, la medida estrella que propone la DGT para los núcleos de población es convertirlos en Ciudades 30. Al limitar la velocidad a esos 30 km/h, explica la DGT, se incrementaría la salud pública, en tanto que se reducirían accidentes, disminuirían los niveles de ruido y contaminación y, consecuentemente, las enfermedades derivadas de ellos.

La elevación de los pasos de peatones en las grandes avenidas está contemplado como un recurso para "calmar" al tráfico.

Además, y para lo que denominan “calmar el tráfico a motor” deberían llevarse a cabo por las administraciones locales intervenciones como elevar los peatones, estrechar las calzadas, eliminar semáforos… convertir, en definitiva, al coche en un invitado en las ciudades donde debe priorizarse al peatón.