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DGT
En España aumenta cada día más el número de personas que optan por la bicicleta por toda el territorio nacional. Así, la relación entre los distintos medios de trasporte, con motor y sin él, obliga a una regulación que no pone a todo el mundo de acuerdo. No carece de base, debido a la muerte ya de 5 ciclistas en lo que llevamos de año.
La base en la educación vial desde la escuela es el punto de unión entre todos los colectivos. A esto se sumaría el reclamo por parte de algunos grupos de un permiso especial y seguro de accidentes, aunque este es el punto de la discordia principal.
La DGT es la principal valedora de la apuesta por la formación, aunque si bien aún no tiene un plan de actuación o implementación para ello: "Estamos cómodos con las medidas que se están tomando en otros países, como Portugal, donde hay una formación en las escuelas donde se les enseña a los niños a ir en bicicleta".
En Portugal se han adaptado clases clases teóricas y prácticas en circuito cerrado así como la circulación en vías abiertas al tráfico. Esto podría adaptarse al país español insistiendo en la necesidad de la formación desde edades muy tempranas para que "desde las escuelas se empiece a introducir el aprendizaje de la bicis porque los valores son los mismos que usarán en el futuro con otros medios de desplazamiento. Decimos sí a la formación y no a un examen o a un carné".
Por otro lado, la Asociación de Víctimas de tráfico, DIA, opta por la obligación del ciclista de conocer de forma inequívoca las normas de tráfico. Para ello, su presidente Francisco Canes aboga por obligar a la identificación del vehículo así como a contar con un seguro de responsabilidad civil:"Si una bici golpea a un peatón en un paso cebra surge un problema, la víctima se puede quedar sin cobrar porque no hay seguro que lo cubra, lo tendría que asumir el infractor personalmente con su patrimonio, y si es insolvente no lo asume". De esta manera, para la asociación es primordial que todos los vehículos sin motor, incluidos bicicletas y patinetes, cuenten con placas identificables así como su seguro correspondiente.
La Asociación de ciclistas de Madrid Pedalibre, a través de su presidente Fernando García, ha optado por referirse en su caso a la necesidad de esta formación vial desde el colegio, dado que así los adultos del futuro sabrán cómo funciona la movilidad en las calles.
De lo que sí se encuentra rotundamente en contra es de la existencia de un carné de ciclista: "Un carné no tiene ni pies ni cabeza, eso no ocurre en ningún país, no es necesario. Es un debate caduco y superado al cien por cien.
En muchos países se ha planteado y ninguno exige carné. La bici no causa daños a un tercero, sino que lo recibe de los coches". También se encuentran contrarios a contar con un seguro obligatorio dado que el número de accidentes en estos vehículos no es requisito para ello.
El secretario de la Asociación de Ciclistas Profesionales, ACP, Alfonso Triviño ha querido recalcar la postura de la asociación respecto a la creación del carné de ciclistas ya que en España "somos mas papistas que el papa, ya que en ningún sitio de nuestro entorno hace falta carné ni permiso para ir en bicicleta".
Para Triviño la creación de este carné viene impulsada "por los intereses de los lobbys del automóvil, reacios a compartir el espacio con vehículos que van más despacio (...) Otro lobby, el de las aseguradoras, quiere tener un nicho de mercado para que todos los ciclistas se saquen un carné y pasen por caja. Detrás del carné luego vendría el seguro obligatorio".
De esta forma, la ACP también se muestra a favor de la creación de una colaboración entre la DGT y el Ministerio de Educación para incluir como obligatoria la asignatura de educación vial, y que pra dicha asignatura el vehículo sea la bicicleta. Así, tras la aprobación de este módulo el alumno ya contará con su carné de ciclista: "El ámbito tiene que ser la formación de los escolares y no la formalidad de un carné administrativo.
Eduardo Chozas, exprofesional del ciclismo, añade que "sería necesario tener un seguro de responsabilidad civil porque un ciclista puede atropellar y hacer daño a alguien o al otro vehículo, y eso hay que repararlo", pero también se muestra partidario de "recibir alguna clase teórica en algún estamento publico para enseñar normas de seguridad vial, algo elemental de circulación. Algo sencillo y práctico, que no sea tampoco tan complejo como un carné de conducir".
Antonio Lucas, director de Movilidad y Seguridad Vial del RACE, también ha querido referirse al tema de la formación y el carné, siendo partidario de la primera pero detractor del segundo: "La formación en cualquier tipo de vehículo que comparta la vía es necesaria porque garantiza el conocimiento de las normas, pero exigir algún tipo de licencia que te habilite para llevar la bici, no".
También aboga por la obligación de un seguro que garantice la cobertura en casos de accidentes pero solo en el caso de los ciclistas que se marchan de vacaciones, nunca en los que usan este medio de trasporte en su vida cotidiana.
Los activistas de la bici se han encontrado representados por Antonio Hurtado, uno de los principales defensores de la movilidad en bicicleta. Por lo tanto, este colectivo también se encuentra en contra de la creación de un carné: "No veo necesario un carné. Los accidentes se provocan no porque incumplamos las normas, sino porque respecto a los vehículos de motor estamos desprotegidos, no respetan ni velocidad ni distancias. Las instituciones deben cumplir con los cambios normativos de protección y hacer infraestructuras en el ámbito urbano e interurbano".
Para Hurtado la obligación de un seguro y un carné disuadiría a muchos usuarios por motivos económicos o logísticos, además para este activista la proliferación de bicicletas es una medida primordial de protección.
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