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La Comisión Europea insta a "acelerar" los planes para un 'Brexit' sin acuerdo

  • El Ejecutivo comunitario avisa de que en estos momentos es imposible predecir el resultado de las negociaciones con Reino Unido

El nuevo ministro británico para el 'Brexit', Dominic Raab, saluda a su homólogo de la UE, Michel Barnier, ayer en Bruselas.

El nuevo ministro británico para el 'Brexit', Dominic Raab, saluda a su homólogo de la UE, Michel Barnier, ayer en Bruselas. / STEPHANIE LECOCQ / efe

La Comisión Europea instó ayer a los Estados miembros de la Unión Europea (UE) y a las empresas a "acelerar" los preparativos para todos los escenarios posibles en el caso de que el Brexit se produzca con un acuerdo de retirada o sin él.

Bruselas publicó una comunicación después de que, en la cumbre del 29 de junio, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete países que permanecerán en la UE urgieran a todas las partes de la negociación a estar listos para "cualquier resultado", sin cerrarse al escenario de que no haya un pacto de salida.

De acuerdo con la Comisión, el órgano que realiza las funciones ejecutivas en Europa, la salida del Reino Unido de la UE tendrá consecuencias en áreas como los controles fronterizos o las transferencias de datos.

"Los preparativos se deben intensificar de forma inmediata en todos los niveles y tomando en consideración todos los posibles resultados", puede leerse en el texto de la Comisión, en el que también se explica que ese llamamiento "no es un signo de desconfianza en las negociaciones", pero sí se admite que no es posible "predecir" su resultado. La Comisión recalcó que "no se tiene aún la certeza" de que cuando llegue la fecha del Brexit, el 29 de marzo de 2019, se disponga de un acuerdo de retirada ratificado, ni se sabe cuáles serán las implicaciones de ese preparativo.

Bruselas pretende contar con la versión definitiva de ese documento en octubre de este año para que los parlamentos nacionales puedan darle su visto bueno entre ese mes y marzo del año próximo.

Sin embargo, aún se debe alcanzar una solución para la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte en un contexto en el que las conversaciones entre Bruselas y Londres apenas han avanzado durante los últimos meses, debido a las tensiones internas del Ejecutivo británico.

De hecho, el Gobierno del Reino Unido se encuentra sumido en una crisis tras acordar una propuesta para la futura relación aduanera y comercial con la UE que ha provocado las dimisiones de los ministros de Exteriores, Boris Johnson, y para la salida de la Unión, David Davis.

La Comisión subrayó que si el acuerdo de retirada se ratifica antes del 30 de marzo de 2019, el Derecho comunitario dejará de aplicarse en el Reino Unido el 1 de enero de 2021; es decir, transcurrido un período transitorio de 21 meses cuyos términos ya acordaron Bruselas y Londres.

Si el pacto no se ratifica antes del 30 de marzo de 2019, no habrá periodo transitorio y la legislación de la UE dejará de aplicarse en territorio británico a partir del 30 de marzo de 2019. En ese supuesto, no habría pactos específicos sobre los ciudadanos comunitarios residentes en el Reino Unido y los británicos que viven en la UE. Ambas partes aplicarían sus regulaciones y aranceles, afectando al comercio, asumió Bruselas.

En el ámbito comercial, la relación entre Londres y Bruselas quedaría gobernada por el derecho público internacional, incluidas las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El Ejecutivo de la UE insistió en que "la preparación para la transformación del Reino Unido en tercer país es de vital importancia, incluso en el caso de que la UE y el Reino Unido lleguen a un acuerdo".

Todo esto sucedió el mismo día en que el nuevo ministro británico para el Brexit, Dominic Raab, se reunió por primera vez con el negociador jefe de la Unión Europea (UE), Michel Barnier, en Bruselas. Fue el primer viaje de Raab a la capital belga después de que la pasada semana tomara posesión de su cargo como sustituto de David Davis, quien presentó su dimisión el 8 de julio.

Mientras esto sucedía, en un instante de zozobra en cuenta a las negociaciones de la salida del Reino Unido, el Fondo Monetario Internacional (FMI) comunió que el Brexit no tendría grandes efectos sobre la economía comunitaria y que, en el peor de los escenarios, restaría un 1,5% al PIB comunitario en la próxima década, con Irlanda, Bélgica y Holanda como los más afectados.

El coste del Brexit en el resto de países comunitarios en el caso de un escenario de "salida dura", es decir, una ruptura total sin acuerdo de libre comercio, podría suponer una merma del 1,5 % del PIB comunitario en un periodo de entre 5 y 10 años.

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