Hasta ahora la comunidad internacional estaba preocupada por el enriquecimiento de uranio iraní hasta el 3,5 por ciento. Ahora Teherán asegura que ha ampliado el proceso hasta el 20 por ciento. A pesar de que con ninguno de los dos niveles de enriquecimiento puede lograrse nada peligroso, el anuncio corrobora los temores de Occidente, que sospechaba que Irán no se conformaría con un bajo enriquecimiento.
"Una cuestión es si los iraníes persiguen o no la construcción de la bomba atómica y otra es si cuentan con los conocimientos técnicos para conseguir un mayor enriquecimiento", asegura en Teherán un diplomático extranjero. El enriquecimiento de uranio hasta el 80 o el 90 por ciento haría posible la construcción de armas atómicas.
La semana pasada el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, llegó a a asegurar que promovería el envío de uranio para su enriquecimiento en extranjero, dando muestras así de posibles concesiones en la larga disputa atómica que mantiene con la comunidad internacional.
Pero de repente ordenó al director de la Organización de Energía Atómica iraní, Ali Akbar Salehi, que iniciase un nuevo proceso de enriquecimiento. Salehi, un tecnócrata no siempre cercano a las tesis de Ahmadineyad, habría advertido que no sería posible conseguir lo que le pedía en tan sólo 48 horas, una opinión que comparten muchos observadores. A pesar de ello, Salehi cambió su discurso repentinamente e informó inmediatamente al Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA).
Según Salehi, si llegase a producirse un intercambio de uranio para el uso del reactor médico de Teherán con Rusia y Francia, Irán frenaría de inmediato el proceso de enriquecimiento al 20 por ciento. Sin embargo, el Ministerio de Exteriores iraní asegura que el nuevo proceso no tiene nada que ver con el acuerdo de intercambio.
Por su parte, el portavoz de Exteriores, Ramin Mehmanparast, niega rotundamente que Irán quiera emplear ese uranio para usos militares. El objetivo es "humanitario", asegura, ya que los pacientes enfermos de cáncer dependen del reactor de investigaciones de Teherán para poder recibir radioterapia.
Mehmanparast asegura que Irán habría preferido obtener el uranio o el combustible para este reactor en cooperación con la comunidad internacional. Pero Occidente, según el portavoz, respondió con "jueguecitos y clichés" a la disposición a cooperar de Teherán.
Un experto nuclear en Teherán habla de provocación por parte de Teherán. "Incluso para Ahmadineyad sería un juego demasiado peligroso llevar al país a una crisis como consecuencia de sanciones o incluso de un ataque militar", asegura.
Por ello cree, al igual que otros analistas, que podría tratarse más bien de una jugada táctica de Irán para intentar que la comunidad internacional vuelva a la mesa de negociaciones. "Pero incluso como jugada podría salir mal", advierte el diplomático.
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